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El Bruxo de Arteixo

Hoy queda en el recuerdo el nombre de aquel equipo ‘El SuperDepor’, un club modesto que hacía poco tiempo que había vuelto a ascender de los infiernos...

Publicado: 03/07/2023 ·
08:15
· Actualizado: 03/07/2023 · 08:15
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  • El Bruxo de Arteixo.

En la noche de la Noche Buena por la madrugada de 1930, en una villa marinera que actualmente se encuentra en el área metropolitana de la ciudad de A Coruña, nacería un niño de cuna humilde y trabajadora, con vínculos ancestrales campesinos. Este pequeño fue creciendo mientras iba ayudando a sus padres en las labores agrícolas, que solía compaginar con su gran pasión que era jugar al fútbol.

Nuestro joven rapaz disfrutaba de lo lindo jugando al balompié con su balón hecho de trapos que su madre le había confeccionado. En verano jugaba en la orilla de la playa y en invierno en un improvisado campo de fútbol hecho un barrizal, donde luchaba como un jabato para hacerse con el balón y marcar goles, como buen delantero. Gracias a su lucha y entrega fue seleccionado para jugar en el equipo de su pueblo, que se llamaba la Penouqueira, del que paso al Deportivo Fabril (filial del Deportivo de A Coruña).

El arteixan de pequeña estatura y gran corazón deportivista debutaría como profesional en la temporada 1951-1952 en el equipo de sus amores. Allí estaría en varias etapas como jugador y más tarde como entrenador. Este modesto y humilde delantero siempre admiró la figura señeira en el fútbol español e inigualable en el coruñés, de Juanito Acuña (apodado ‘Xanetas’, que equivale a Juanetas, deformación gallega de Juan). Éste era el gran guardameta que le dio al Deportivo hasta cuatro trofeos Zamora y muchísimas tardes de gloria. Era un genuino representante del jugador de club y estuvo ligado al Deportivo desde 1940 hasta 1959 que se retiro.

Volvamos a retomar la carrera profesional de nuestro admirado pasionario del deporte rey. Mi padre, que era una enciclopedia viva de los deportes y sobre todo del fútbol, le tenía mucho aprecio a este futbolista gallego, ya que este en la temporada 1957-1958 ficharía por el Sevilla F. C.; el equipo que mi padre siempre defendió a capa y espada como buen aficionado sevillista. Mi familiar siempre que escuchaba noticias de este jugador, me comentaba que en su paso por Nervión fue integrante de la plantilla sevillista que jugó la primera Copa de Europa de su historia en 1957.

Tras su temporada en el Sevilla, ficharía por el Granada C F, mas tarde por el Albacete. Luego volvería de nuevo al Granada C F, de donde marcharía al Oviedo. En la temporada 1965- 1966 regresaría al Albacete Balompié, donde pondría fin a su carrera colgando las botas en el estadio Carlos Belmonte.

Tras su etapa de futbolista, inicia su periclo como entrenador donde, poco a poco, se va gestando su legado por el que la mayoría de los aficionados al fútbol y no aficionados lo recordamos. Debutó como entrenador 1967, (Deportivo Fabril), para luego entrenar al primer equipo coruñés. Hércules, Real Zaragoza, Burgos, Elche, Almería, Compostela, Deportivo de A Coruña, Real Madrid... Su última orden táctica desde el banquillo fue a la Selección de fútbol de Galicia.

Este humilde y modesto técnico, con sencillez pueblerina, fue dejando su sello e impronta en todos los equipos de fútbol que estrenó. Cuando veía los partidos complicados en el descanso, con mucha astucia, corregía los errores cometidos y sus palabras hechizaban y motivaba a los jugadores como los conjuros de las Meigas. Hoy en día siempre se le recuerda como ‘El Zorro de Arteixo’ o ‘El Bruxo de Arteixo’.

El Zorro plateado fue el artífice de estructurar en los años 90 un equipo competitivo con desechos de otros equipos, jóvenes de la cantera y algunos acertados fichajes de jugadores extranjeros, sobre todo brasileños. Esta plantilla le tenía aprecio y cariño a su técnico, lo consideraban como un padre. En las concentraciones antes de los partidos, los trataba como a sus hijos preocupándose por cada uno de ellos. A la hora de la comida o de la cena, se encargaba de servir a los jugadores la bebida para que no abusaran del vino o la cerveza y estuvieran despejados para rendir en los partidos.

Hoy queda en el recuerdo el nombre de aquel equipo ‘El SuperDepor’, un club modesto que hacía poco tiempo que había vuelto a ascender de los infiernos, para escalar hasta la gloria de la mano del apóstol del orden y el talento. Este súper equipo, con la buena gestión de su presidente Augusto César Lendoiro, conseguiría una Copa del Rey ( 1994-1995), una Súper Copa de España(1995) y se quedaría a 11 metros de conseguir su primera liga en la temporada 1993-1994. Este club inscribiría su nombre con esfuerzo y talento en las competiciones europeas. El Bruxo de Arteixo confeccionó los mimbres necesarios para que, años mas tarde, este equipo consiguiera su única liga de fútbol (1999-2000), de la mano de Jabo Irureta; además de otra Copa Del Rey (2001-2002) y dos Súper Copas mas de España (2000, 2002).

Vaya este reconocimiento póstumo para Arsenio Iglesias, el sabio del fútbol español que nunca perdió el sentidiño (tener cabeza, responsabilidad y hacer las cosas con cuidado).

“Arsenio está hecho con la mejor madera de la humanidad”. Por eso fue una figura que transcendió al fútbol y se convirtió en un ejemplo de vida y otro, en un referente moral, incluso para aquellos que sentían otros colores y para personas sin apego al balompié.

Rubén Ventureira.

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