El español Rafael Nadal, número 2 del mundo, aseguró que ya hace tiempo que no pelea para ser número 1, un puesto que le podría arrebatar a su compatriota Carlos Alcaraz hasta finales de año, y contó que las videollamadas le ayudan disminuir la 'morriña' de su hijo, nacido el pasado 8 de octubre.
En la víspera de su regreso a la competición en el Masters 1.000 de París-Bercy, el de Manacor dijo que su meta es ir "día a día" para seguir siendo "competitivo" en un año 2022 que "ha sido muy bueno en algunos momentos" (corona en el Open de Australia y Roland Garros) y en otros "muy complicado" (problemas físicos en Wimbledon y US Open).
"Que quede una cosa clara, ya no lucho para ser número 1, solo lucho para ser competitivo en todos los eventos que disputo, hace tiempo que luchaba para serlo y ya lo logré", aclaró Nadal, el tenista con más Grand Slam (22).
En el París-Bercy, uno de los dos Masters 1.000 que nunca ganó, el jugador se medirá en segunda ronda al vencedor del duelo entre el español Roberto Bautista y el estadounidense Tommy Paul.
"París me trae, obviamente, excelentes recuerdos (Roland Garros), aunque es cierto que este torneo (de Bercy) no ha dado muchas cosas positivas", asumió, en alusión a sus frecuentes ausencias y abandonos.
Padre primerizo desde hace tres semanas, reconoció que las videollamadas le ayudan a amortiguar la pena por estar con él.
"Es positivo tener las videollamadas, porque puedo ver al pequeño todas las veces que quiera, algo que las otras generaciones no podían hacer, se hace menos duro", explicó.
Para Nadal, el hecho de ser padre es "un cambio muy distinto" al resto, por lo que se necesita "un tiempo para adaptarse", aunque sea "un cambio positivo".