Los 27 radicales detenidos a raíz de la pelea originada el pasado domingo en la zona del Parque de María Luisa entre ultras de Sevilla y Betis previa al derbi sevillano disputado esa misma noche, han sido puestos en libertad con cargos tras pasar a disposición del juez de Instrucción número 14 durante este mediodía después de que todos ellos se hayan acogido a su derecho a no declarar, según informaron fuentes judiciales y del caso a través de Europa Press.
A los 16 sevillistas y 11 béticos arrestados a los que se les imputan delitos de desórdenes públicos y atentados contra la autoridad, ya que durante los incidentes resultaron lesionados dos policías que se desplazaron hasta la pelea para intentar controlarla. Destacar además, que entre los 27 detenidos que pasaron dos días en los calabozos, había un menor de edad que ha sido entregado a la Fiscalía de Menores.
Esta misma mañana incluso, el cuerpo policial tuvo que montar un dispositivo de seguridad especial en los aledaños de los juzgados que evitase cualquier conato de disputa como consecuencia de la concentración de decenas de aficionados de ambos equipos que esperaban para recibir a sus compañeros en los exteriores del edificio.
Los hechos descritos se remontan al domingo anterior cuando la Policía, que fue avisada a través de algunos testimonios de un posible encuentro entre ultras de Sevilla y Betis, diseñó un dispositivo para poco antes de las 13:00 horas localizar a dos bandos de estética neonazi que se dirigían al sector del Parque de María Luisa. Los agentes pudieron interceptarlos e intervenir cada uno de los objetos peligrosos de los que estaban provistos, identificarlos y sancionarlos.
Esta primera facción fue controlada por la autoridad allí emplazada aún estando en inferioridad con respecto a los ultras que se dieron cita; si bien es cierto que cuando iban a proceder a su disolución, aparecería otro grupo de unos 80 radicales que de manera inminente y violenta, arremetieron contra los hinchas del equipo contrario y la Policía.
Los agentes controlaron a este primer grupo aún siendo muy inferiores en número, si bien es cierto que, cuando iban a proceder a su disolución apareció en el lugar la facción rival, unos ochenta radicales, que de manera inmediata y violenta acometieron contra los hinchas del otro equipo y los propios agentes policiales.
Una vez recibidos los refuerzos coordinados por la Sala Operativa del 091, los oficiales lograron disolver la contienda y restablecer el orden público con la detención de los 28 implicados y la incautación de numerosos objetos contundentes tales como piedras, palos o bates de béisbol.
Reseñar que doce de ellos poseían antecedentes policiales por incidentes ocurridos en diversos desplazamientos de sus respectivos equipos, así como por otros delitos como robo con violencia, agresión sexual e incluso tentativa de homicidio.
