El alemán Sebastian Vettel (Ferrari), líder del Mundial de Fórmula Uno, y el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), segundo, firmaron las paces este jueves en el Red Bull Ring de Spielberg, sede del Gran Premio de Austria, tras su incidente en Baku, durante el de Azerbaiyán, hace dos domingos.
Al ralentizar el ritmo Hamilton, que rodaba primero, por delante de Vettel, con el coche de seguridad en pista, el alemán golpeó la parte trasera del monoplaza del inglés, alegando una prueba de frenos en mal momento; instantes antes de ponerse a su altura, hacer un gesto de reprobación y golpear el Mercedes con su Ferrari.
Vettel recibió una sanción de 10 segundos por comportamiento antideportivo que no le impidieron acabar cuarto, un puesto por delante de Lewis, su mayor rival en la lucha por el título, al que supera ahora en catorce puntos: 153 a 139.
Tras la carrera, ambos se quejaron: el alemán, que reclamaba sanción para ambos, dijo que la F1 era "para hombres"; y el inglés, que apeló al mal ejemplo dado a la infancia, invitó, curiosamente, a resolver cuitas fuera de pista.
A partir de ahí, hubo múltiples opiniones, enfatizadas según procedencia e intereses. Aunque ligeramente en contra del germano, reincidente, que el año pasado, en México, había insultado al director de carrera, el británico Charly Whiting.
Vettel compareció el lunes ante la FIA (Federación Internacional del Automóvil) en París y no recibió mayor sanción que esos diez segundos y los tres puntos en su Superlicencia impuesta el fin de semana de Baku.
Este jueves, con la sala de conferencias de prensa del Red Bull Ring llena a reventar, el cuádruple campeón mundial alemán indicó que obviamente no tuvo "el mismo punto de vista dentro del coche que fuera de él" y admitió que tomó una decisión equivocada.
"El movimiento fue inadecuado, porque en esos momentos pensé que él había frenado de forma intencionada, pero luego entendí que no hubo mala intención por su parte", indicó el alemán. "Estaba decepcionado y sobre-reaccioné. No hay más. El lunes pedí disculpas, a la FIA, al público y a él", añadió Vettel.
"Se acabó el problema", recalcó Hamilton, triple campeón del mundo, que entró en la sala de conferencias de Spielberg sacando fotos con su teléfono móvil y bromeando acerca de la "mejor rueda de prensa en la que nunca" había estado antes. "Ya estoy centrado en este fin de semana", apuntó el inglés.
"Ya dije todo lo que tenía que decir después de la carrera y lo dejamos ahí. No creo que la dinámica entre Sebastian y yo cambie. hablamos después de la carrera y el pasado lunes. Le sigo teniendo respeto como el gran campeón que es. Y seguiremos luchando de forma justa", dijo Hamilton.
"La telemetría demostró que no frené a propósito, es lo único que me preocupaba, que él lo dejase claro que no había sido así", indicó el inglés.
"No me pidió disculpas justo después de su sanción, pero me mandó un mensaje de texto telefónico y por supuesto que acepté sus disculpas", indicó Hamilton este jueves en Austria.