José González, entrenador del Wuhan Zall, reconoció que la situación que está viviendo en el club chino es la 'más difícil' que afrontado en un vestuario como jugador o como entrenador toda vez que se encuentra concentrado con su equipo en España desde enero sin poder volver de momento al país de origen del equipo a consecuencia de la crisis de coronavirus.
"Sin lugar a dudas es la situación más difícil que he vivido en un vestuario. Como jugador y entrenador he vivido ascensos y descensos, son situaciones propias del juego y las tomas como tal, la cabeza se limpia rápidamente. Pero este es un caso totalmente especial, son muchas cabezas con mentalidades y caracteres diferentes. Unos lo llevan mejor y otros peor", dijo.
"Es gente que está entrenando muy bien cada día, en la faceta táctica y en la física. Intentamos que se diviertan, jugar muchos partidos, competir. Todos lo estamos llevando bastante bien", añadió.
González acudió junto a la plantilla a una recepción en la sede de LaLiga antes de que todos juntos presencien en directo en el estadio Santiago Bernabéu el 'Clásico,' que medirá al Real Madrid contra el Barcelona. Allí se mostró admirador de sus futbolistas.
"Soy un admirador de todos ellos. Muchas veces me pongo en su pellejo, en sus cabezas, y no sé cómo reaccionaría ante esta situación porque la preocupación es continua. Pero ellos me han demostrado que son muy buenos profesionales, y en el momento del entrenamiento es a veces cuando más sonríen. Eso, a los que estamos alrededor, nos hace felices", dijo.
"Intentamos que ellos disfruten del fútbol, que los entrenamientos sean amenos, y lo estamos consiguiendo. Normalmente a un jugador cuando ve la pelota se le olvida todo y ellos le ponen el entusiasmo necesario. No olvidemos que son cabeza de familia la mayoría de ellos y que cuando se enfrentan a sus familias tienen que transmitir positividad. Cada día hablan con ellos y si ellos están desanimados, imagina los que están en sus hogares", señaló.
El preparador ahondó en la profesionalidad de sus pupilos: "Se trabaja intentando transmitir desde el primer día que no podemos hacer nada por revertir la situación que existe en la ciudad pero que podemos hacer algo para que sean más felices el día que volvamos a la normalidad y que disfrutemos de los partidos en nuestro estadio".
"Si nosotros bajamos la guardia, no pensamos en el trabajo del día a día y perdemos el tiempo, probablemente el aficionado de Wuhan cuando vaya a vernos no vaya a disfrutar. Seríamos acusados de malos profesionales. Ellos están haciendo todos los esfuerzos para que el trabajo se desarrolle lo mejor posible y el objetivo es darles esas pequeñas alegrías", agregó.
Ninguno sabe a ciencia cierta cuándo retornarán ni el momento en el que arrancará la liga: "Sería muy alegre por mi parte hablar de previsiones. Sabemos que la lucha es muy dura y que el Gobierno chino está haciendo los máximos esfuerzos para erradicarlo. Y hay que agradecerle las medidas que han tomado para que esto no se expandiese al mundo".
"Sabemos que la situación en Wuhan va mejorando pero ha sido el foco, ha estado en cuarentena y continúa en cuarentena. La situación anímicamente tiene que ser muy dura pero están ganando la pelea", agregó.
Lo que sí es cierto es que cuando pisen el césped lo harán con muchas ganas: "Sabemos que vamos a tener en nuestro estadio mucha gente muy golpeada que va a asistir al campo para disfrutar de su equipo y no podemos defraudarles porque durante dos meses estemos pensando en no hacer las cosas como un profesional".
"Imagínate el grito de aliento antes de que vuelvan a saltar al campo, va a ser el más sentido que se pueda oír. Lo estás haciendo por tu familia, por tus aficionados, por tus paisanos, por tu pueblo... la lucha va a ser quizás el aspecto menos necesario que tenga que trabajar un entrenador", finalizó.