En una rueda de prensa en Kabul, el portavoz de la ISAF, Josep Blotz, afirmó que la fuerza conjunta “todavía” tiene “la postura de fuerza necesaria” y “las capacidades necesarias” para “asegurar que Uruzgán no va a ser una mancha en el mapa”.
Las tropas holandesas de la ISAF desplegadas en Afganistán iniciaron ayer la retirada, al cumplirse el plazo de su misión y no contar con el acuerdo del Gobierno de ese país para prolongar el mandato, como deseaba la OTAN.
Tras permanecer cuatro años en la zona, Holanda transfirió ayer el mando en Uruzgán a los efectivos estadounidenses y australianos de la ISAF en una sencilla ceremonia.
“Creo que la nueva fuerza combinada de Uruzgán será capaz de continuar con éxito el trabajo de que los holandeses iniciaron hace cuatro años”, confió el portavoz.
El representante civil de la OTAN en Afganistán, Dominic Medley, dijo que “la alianza continúa comprometida en Afganistán el tiempo que le lleve asegurar que los afganos son capaces de tomar la seguridad y el gobierno por ellos mismos”.
Medley añadió que los daneses “pueden sentirse orgullosos de los resultados tangibles que han conseguido en Uruzgán”.
El pasado febrero, las diferencias sobre la permanencia de la tropas holandesas en Afganistán, hicieron que la coalición de gobierno formada por democristianos, calvinistas y laboristas se rompiera, cuando estos últimos abandonaron el Ejecutivo y forzaron la caída del Gobierno holandés.
Los laboristas eran partidarios de no prolongar la misión, ni siquiera para adiestrar militares afganos como proponía la OTAN.
Por su parte los democristianos y los calvinistas quería cumplir con las “responsabilidades” solicitadas por la Alianza Atlántica y acceder a la ampliación de la participación de Holanda en la misión de Afganistán.
Según diferentes sondeos realizados en esas fechas en el país, un 66% de los holandeses apoyaba la retirada de las tropas neerlandesas de Afganistán.
Por otro lado, diez civiles murieron ayer y otros 23 resultaron heridos en tres explosiones de bombas camineras en distintos puntos de la conflictiva provincia de Kandahar (sur de Afganistán), según una fuente oficial.
El suceso más grave tuvo lugar en el distrito de Maywand, cuando un vehículo que circulaba por la carretera que une Kandahar con la provincia contigua de Helmand hizo estallar un artefacto explosivo improvisado, según explicó a la agencia afgana AIP un portavoz del gobernador provincial, Zalmi Ayubi.
La explosión provocó la muerte de seis civiles y dejó a nueve personas heridas.
En otro suceso en la vía entre Kandahar y Helmand, cuatro civiles murieron y once resultaron heridos cuando el vehículo en el que viajaban fue alcanzado por una mina.