"Es una decisión equivocada e inaceptable", señaló el portavoz de la Presidencia de la ANP, Nabil Abu Rudeina, a través de la agencia oficial palestina "Wafa".
Abu Rudeina subrayó que la respuesta israelí al atentado, en el que fueron asesinados cinco miembros de una misma familia, tres de ellos niños, "sólo ayuda a crear problemas", en vez de apostar por la paz, que "requiere decisiones valientes".
Las viviendas se levantarán en Gush Etzion, cerca de Belén; Maaleh Adumim, al este de Jerusalén; Ariel, en el norte de Cisjordania y Kiryat Sefer, al noroeste de Jerusalén, precisó el Ejecutivo en un mensaje.
La decisión, anunciada hoy, fue tomada anoche por un equipo interministerial en respuesta al atentado en la madrugada del sábado, que ha generado conmoción por su crudeza y extendido el miedo de que se regrese a los niveles de violencia de los años más duros de la segunda Intifada.
En la madrugada del viernes al sábado, una o varias personas cruzaron la valla de seguridad electrónica en torno a la colonia, entraron en la casa y acuchillaron a los padres y tres de sus hijos: uno de once años, otro de cuatro y un bebé de tres meses.
El funeral tendrá lugar este mediodía en el cementerio Har Haenujot de Jerusalén.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el titular de Defensa, Ehud Barak, participaron anoche en la discusión de las respuestas al ataque, entre las que se valoró también comenzar una nueva colonia judía o ampliar Itamar, pero al final prevaleció la propuesta de Barak, según el diario "Haaretz".
Netanyahu notificó anoche la decisión a la Casa Blanca.
Mientras, las fuerzas de seguridad israelíes continúan la búsqueda de los autores del asesinato con un extenso dispositivo y un cerco en torno a la ciudad palestina de Nablus, en el norte de Cisjordania.
Unos veinte palestinos han sido ya arrestados en distintas localidades en torno a Itamar.
"No descansaremos hasta agarrar a los asesinos", dejó claro el jefe del Estado Mayor, Benny Gantz, en un comunicado difundido hoy.