El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, defendió ayer la política antidopaje que se realiza en España.
El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, defendió ayer la política antidopaje que se realiza en España y anunció que durante 2010 se hicieron un total 1.164 controles de dopaje, de los que el 18 por ciento estuvo dirigido al fútbol.
Lissavetzky detalló también que el 20% de los controles hechos en el fútbol se realizaron a selecciones fuera de competición y comparó las cifras globales de España, donde en 2009 se hicieron 1.098, con con los 557 efectuados en Francia el año pasado.
“Hemos dado la vuelta como un calcetín a la política antidopaje. ¿Es que se han vuelto locos todos los gobiernos europeos para elegirme dos veces como su representante en el comité ejecutivo de la Agencia Mundial Antidopaje?”, se preguntó.
Lissavetzky, que cesará dentro de unos días como secretario de Estado para concurrir a las elecciones municipales como candidato a la alcaldía de Madrid, cuestionó que en las últimas horas se hayan realizado insinuaciones sin pruebas sobre posibles prácticas dopantes en clubes de fútbol como el Barcelona.
“La operación Puerto es el ejemplo de que en España no se tapa nada, pero hay que intentar que la justicia ordinaria tenga mayor rapidez y se adecúe a la deportiva”, dijo en respuesta a la pregunta de si esta investigación, iniciada en 2006 y todavía inconclusa, ha generado daño al deporte español.
Lissavetzky, que recordó las más de 40 operaciones policiales contra el dopaje desarrolladas en su mandato, eludió expresar su opinión sobre la posible relación de Marta Domínguez con la operación Galgo y recordó que Paquillo Fernández ha vuelto a competir al ver reducida su sanción por colaborar en una investigación, aunque su participación en Londres 2012 “depende del COI”.
También se refirió a la “total autonomía” de las federaciones para seleccionar a los deportistas que acuden a cada competición, al ser cuestionado sobre Nuria Fernández y Digna Luz Murillo.