El tiempo en: Benalmádena
Publicidad Ai

España

"Deberíamos montar bares disfrazados de boutique para poder poner música"

Viva Sevilla conversa con Julio Moreno y David M. de la Sala Malandar

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Julio Moreno. -
Tras varios años de rodaje, y después de coger el relevo de la Sala Salamandra, Malandar se ha convertido en sitio de culto y de obligada visita para los que buscan buena música y en lugar de peregrinación para los mejores grupos. Después de recibir el año pasado a 180 bandas y a 25 djs, 2010 fue el año de su confirmación. Como colofón, el pasado mes de junio obtuvo el premio UFI a la mejor sala de conciertos nacional. Todo ello gracias al esfuerzo de sus responsables, con su propietario Julio Moreno, al frente, y con David M, director de programación, como motor musical.

¿Cuándo surgió la idea de crear una sala de conciertos en Sevilla?
–Ya había organizado diferentes actuaciones en bares, terrazas de verano y discotecas cuando me encontré que traspasaban la Sala Salamandra (actual Malandar) y pensé en una programación estable para un local perfectamente adaptado para dar conciertos.Premio UFI a la mejor sala de conciertos de España en 2010.

¿Qué significa para usted este galardón?
–Supone una gran alegría ya que es el reconocimiento a nivel estatal de la inmensa actividad músico-cultural que desarrollamos.Además, está al frente de más negocios como La ola o Avelino.

¿La música es parte indispensable en todos ellos?
–Para mí la música es indispensable en todas partes y en los bares aún más, si bien las normativas castigan la música en estos lugares. Tuve un bar durante 19 años ininterrumpidos con música ambiental y un día lo prohibieron y se privó a los ciudadanos de tener acceso a otras músicas. Quizás deberíamos montar bares disfrazados de boutique para poder reproducir música en nuestros locales.

Desde su experiencia, ¿qué consejo le daría a las salas sevillanas que apuestan por la música en directo?
–Que se asocien a Creadi ya que juntos nos hacemos fuertes a la hora de protegernos y de pedir subvenciones.

¿Cree que las instituciones públicas dan el apoyo necesario a este tipo de iniciativas?
–Las instituciones públicas aún no dan el apoyo suficiente. Y los responsables de Cultura aún no valoran los directos de pequeño formato.

¿Es rentable la organización de conciertos en estos tiempos de crisis?
–Los directos no son rentables, se tira para adelante debido al esfuerzo de las bandas, los promotores y los locales. Se ha creado hace poco una organización sevillana de salas de conciertos.

¿Ha mejorado en algo esta unión la situación de este tipo de locales?
–La organización es de alcance andaluz. Vemos que algo está cambiando ya que tanto el Ayuntamiento como la Junta nos han citado para una futura reunión.

¿Es compatible la música en directo en salas del casco urbano con el descanso de los vecinos?
–Si el local está bien insonorizado no tiene por qué molestar a nadie. La sala Malandar no sería lo que es sin su director de programación, David M, la otra cara imprescindible para hablar de ella.

¿En qué consiste el trabajo de un programador de conciertos?
–Un programador recibe y valora propuestas, además de hacer las suyas, para al final decidir quién toca. Dependiendo de las características y circunstancias del espacio, las programaciones se crean siguiendo parámetros que varían según los programadores. Somos pocos programadores y cada uno funcionamos a nuestra manera.

¿Cuántos grupos han pasado por la sala en la temporada 2010/2011 y cuál ha sido el estilo musical con más aceptación por parte del público?
–En este año han pasado cerca de 180 bandas y 25 djs. En el panorama músico-independiente, sigue teniendo mucha aceptación el pop en todas sus variantes, aunque no creo que podamos medirlo por estilos, sino por proyectos. No obstante este es un mundo de inestabilidad constante y dependiente de circunstancias muchas veces ajenas a las partes implicadas, por lo que creo que todas las bandas pueden contar con un público que le diera su aceptación, si hubiera una promoción sólida y constante para ellos. Las salas de conciertos son los principales pulmones para estas bandas que buscan la aceptación y difusión de sus obras.

¿Qué política sigue la empresa a la hora de la contratación?

–En Malandar hemos procurado siempre realizar programaciones en las que ante todo haya variedad. Contar con estilos de todo tipo y apoyar especialmente aquellas propuestas, a veces para minorías, de ritmos y estilos menos practicados, pero que para nuestra manera de entender esto, hay que apoyar en la medida de lo posible.

¿Quién puede tocar en Malandar?
–En Malandar puede tocar cualquier banda que tenga ganas de compartir y exponer, pues creemos que todo artista tiene derecho a un escenario. El problema de esta repuesta es que nos llegan muchísimas más propuestas que fechas podemos trabajar. La gran mayoría de las bandas sólo puede tocar en fin de semana, por lo que el overbooking no le da la oportunidad a todos.

¿Cuáles son las vías que tienen a su disposición los grupos para poder actuar en Malandar?
–La manera de contactarnos son varias y a todas horas, lo mismo a través de correos, que de teléfono, que en persona. Yo prefiero recibir propuestas en David@malandar.net.

¿Cómo se presenta la nueva temporada? Imaginamos que dado lo alto que se ha quedado el listón, no será fácil mejorarlo.
–Si te digo la verdad, vamos a seguir haciendo exactamente lo mismo, sin más presión que seguir poniéndole la misma pasión. Tampoco tenemos medios para intentar algo más allá. Es una pena pues hay ganas e iniciativas.

De la gran variedad de formaciones que han pasado por la sala, ¿cuál le ha sorprendido más?
–Bomba Estéreo, Fuel Fandango, La Canalla, La Kinky Beat, Kumar, La Phaze, La Selva Sur, La Mula…

¿A quiénes agradecéis su apoyo?
–Al programa de Artistas en Ruta, la iniciativa más efectiva en el apoyo a nuevas bandas, a Radio Gladys Palmera y a Malviviendo y toda la Diffferent, que se han portado muy bien

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN