Según el presidente de Foxconn, Terry Guo, citado por el diario "China Business News", el programa de sustitución durará tres años y su finalidad es que el 50 por ciento de la producción sea llevada a cabo mecánicamente.
La empresa, que tiene 1,2 millones de empleados (de los que 800.000 trabajan en China), ha estado en las portadas de las secciones de sucesos desde 2010, ya que alrededor de una veintena de sus trabajadores se han suicidado, la mayoría jóvenes empleados de su complejo en Shenzhen (sur) que se tiraron por las ventanas de sus dormitorios.
La ola de suicidios ha puesto en duda las condiciones de trabajo de los empleados en estas factorías, y ha hecho reflexionar a los sociólogos sobre la mentalidad de las nuevas generaciones chinas, que según algunos expertos no están dispuestas a tener las mismas condiciones de duro trabajo y bajo sueldo que sus antecesores.
Foxconn es una rama del conglomerado industrial taiwanés Hoi Han, especializada en la fabricación de componentes electrónicos, y provee a gran parte de las multinacionales tecnológicas, incluyendo Sony, Nokia, Dell, Nintendo o Apple.