El Talas tocó tierra el sábado en la isla de Shikoku (sur) y avanzó por el oeste con lluvias torrenciales y vientos de hasta 108 kilómetros por hora, hasta alejarse hoy lentamente hacia el norte por el Mar de Japón ya convertido en tormenta tropical.
A su pasó se llevó por delante infraestructuras, desbordó ríos y causó numerosos corrimientos de tierra en las zonas costeras, donde los equipos de rescate trabajan hoy para intentar restaurar las vías cortadas y acceder a las zonas más remotas.
En la península occidental de Kii, donde se encuentra la provincia de Wakayama, una de las más afectadas, las precipitaciones caídas durante estos días llegaron a dejar el récord histórico de 1.800 milímetros.