Sting publicó hace un par de años un disco de versiones centradas en la recuperación de pequeños clásicos del repertorio popular anglosajón. El disco se tituló 'If on a winter´s night' (Si en una noche de invierno...) e incluía temas que forman parte de lo que el poeta Antonio Murciano define, en su aplicación al contexto andaluz, como 'ciclo de la Navidad', canciones que sólo se interpretan entre los meses de noviembre y enero, tengan o no contenido religioso. Canciones para interpretar o escuchar al calor de una candela. Sting lo hace con una sobredosis de melancolía, a veces forzada, y muy propicia a la pose, pero al mismo tiempo con una delicadeza, respetuosidad y talento que otorgan a cada una de las versiones de una nueva personalidad.
'Soul cake' es una de las canciones que forman parte de ese disco y sólo tiene sentido escucharla en estos días, ya que es un tema tradicional que los niños cantaban cada noche de Halloween cuando acudían a los hogares dispersados por la campiña británica a practicar eso del 'truco o trato'. La fiesta, de la que tanto renegamos por aquí como el que se enfrenta a una nueva invasión enemiga, nos permite al menos disfrutar ahora de su legado más antiguo, el que pertenece al ámbito de la música con esta excelente versión de Sting.