El futbolista y la modelo consiguieron llamar la atención de los asistentes pero no precisamente para bien. Distantes, cerrados y en absoluto simpáticos, la pareja fue a la fiesta de los Premios Marie Claire como si fuera toda una obligación y no se esforzaron por relacionarse con los demás invitados.
Al parecer su actitud dio mucho que hablar ya que el futbolista ni tan siquiera quiso fotografiarse con ninguno de los asistentes a pesar de que lo pidieran y la pareja estuvo toda la noche apartada sin hablar con nadie.
Entre cuchicheos, besitos y mimos pasaron la velada casi sin levantarse de la silla. Irina por su parte sí se levantó para recoger su premio a la mejor top aunque no quiso hacer el esfuerzo de decir unas palabras en español.
Parece que la pareja tampoco quiso relacionarse con los demás comensales que estaban en la mesa. Entre ellos estaban el diseñador Elie Saab, la actriz Tilda Swinton o la anfitriona, Joana Bonet. Según recoge Vanitatis, no quisieron entablar conversación con nadie y mantuvieron una actitud muy poco correcta con el resto de los invitados.
El móvil también fue algo de lo que la pareja estuvo muy pendiente en todo momento. Cuando terminó la fiesta, ambos fijaron sus miradas en las pantallas de sus teléfonos para evitar hacer comentarios a la prensa.