El Rey llegó al Congreso para presidir la Solemne Apertura de la nueva Legislatura pero el contexto no era el mismo de ocasiones precedentes. La polémica suscitada por la investigación judicial abierta a su yerno, el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, y los ecos de su mensaje navideño, en el que proclamó que la Justicia es "igual para todos", estaban en el ambiente del Parlamento.
SIN LAS INFANTAS
De hecho, por primera vez en los últimos años no acudieron a la ceremonia las dos hijas del Rey, ni tampoco obviamente el Duque de Palma. Además, en los alrededores de la Carrera de San Jerónimo se podía ver algún cartel contra Urdangarían.
En ese contexto, y tras pasar revista a las tropas, el Rey entró en el hemiciclo, acompañado por la Reina y los Príncipes de Asturias, y se encontró con todos los diputados y senadores puestos en pie, dedicándole una calurosa ovación.
Los aplausos se prolongaron durante dos minutos y acabaron con un 'Viva el Rey' que fue respondido sobre todo por los parlamentarios del PP.
Eso sí, hubo excepciones: ni Cayo Lara, líder de IU; ni Josu Erkoreka, portavoz del PNV; ni Uxue Barkos, diputada de Geroa Bai, quisieron participar en el aplauso, y la portavoz de UPyD, apenas dio palmas.
OVACIÓN AL ESTILO CHINO, EXAGERADA Y UNA FARSA
Otros diputados extendían sus reparos en las redes sociales. Para Joan Coscubiela, de Iniciativa per Catalunya, la bienvenida siguió "el estilo de la Asamblea Popular China" y vino a demostrar que "algunos son más papistas que el Papa". En otro mensaje en Twitter recogido por Europa Press, Gaspar Llamazares, de IU, aseguró que el aplauso fue "exagerado".
"El Rey estaba deseando salir de esa farsa y pedía moderación en los aplausos, Pero algunos diputados exaltados no dejaban de aplaudir", apuntaba otro diputado de IU, Alberto Garzón, procedente del movimiento 15-M.