El exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha asegurado que el dinero del extesorero del PP Luis Bárcenas hallado en varias cuentas de Suiza "le da la razón" cuando decidió interceptar las comunicaciones entre imputados y abogados de la red Gürtel, una decisión sancionada por el Tribunal Supremo con su inhabilitación como juez durante once años.
"La interceptación se ordenó para impedir la continuación del hecho delictivo de blanqueo de capital y de los movimientos de los fondos ilegales de los que yo ya tenía indicio, en el exterior", ha explicado Garzón en una entrevista en el diario colombiano 'El Espectador', recogida por Europa Press.
"Cuatro años después", continúa Garzón, "se me ha dado la razón cuando se encontraron 22 millones de euros en una cuenta del señor Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular. Las comunicaciones que estaban interceptadas eran las de los líderes máximos de la red delictiva con cualquier persona, entre otros, sus abogados, que también estaban imputados en la misma causa".
El juez español asegura en la entrevista que adoptó aquella medida respaldado por los fiscales y la Policía, y se muestra muy crítico con la decisión del Tribunal Supremo en su contra, algo que califica de "aberración jurídica". "El Tribunal Supremo tuvo que crear el delito inexistente hasta el momento", detalla.
EJERCER DE JUEZ DENTRO DE SIETE AÑOS
Al ser preguntado si podría volver a ejercer como juez, Garzón responde que "podría regresar dentro de siete años". El juez asegura que entonces lo sopesará teniendo en cuenta si sigue teniendo "muchas energías", y bromea: "No me gustaría negarles a muchos ese dolor de cabeza en caso de que lo volviera a tomar".
Garzón asegura que se encuentra feliz con su trabajo en la fundación internacional que lleva su nombre y dice que "lo peor para algunos, dentro y fuera de España, es que quería una especia de muerte civil" contra él. "Sin embargo, sigo trabajando, opinando y analizando los temas que me interesan", enfatiza.
En este sentido, se refiere a la negociación entre el Gobierno colombiano y las FARC, de las que se muestra partidario, aunque rechaza que esta organización terrorista "se llame a sí misma víctima y no admita la existencia de las que produjeron durante la guerra". "Esa posición me parece cínica y es inaceptable", puntualiza.