El Obispado de Mallorca, personado como acusación particular en el juicio contra seis activistas que el 9 de febrero de 2014 interrumpieron una misa en una iglesia de Palma con proclamas a favor del aborto, ha rebajado su petición de pena de cuatro años de cárcel a un año y medio, adhiriéndose de este modo a la solicitud que efectúa la Fiscalía contra ellos.
En concreto, sobre los acusados -cuatro mujeres y dos hombres- pesa un delito contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos.
Durante su declaración en el juicio que desde este jueves se celebra en la Audiencia Provincial de Palma, los encausados, defendidos por el abogado Josep de Luis, aseguraron ante el tribunal que les juzga que no sabían que se estaba celebrando ningún acto religioso en el edificio y que "en ningún caso" querían lesionar el derecho a la libertad de culto de ninguno de los allí presentes.
Una de las activistas, sin embargo, negó haber participado en los hechos puesto que se encontraba en época de exámenes, mientras que sus compañeros aseguraron que, efectivamente, no estaba entre ellos cuando irrumpieron en la iglesia.
Por su parte, el sacerdote que oficiaba la eucaristía ha subrayado que las personas que irrumpieron en el templo "son ciudadanos, hijos de Dios", y "sus razones tenían" para actuar así. El religioso ha asegurado que hubo un "forcejeo lógico" pero ningún tipo de violencia.
Por su parte, uno de los feligreses que se encontraban en la iglesia ha aseverado que los manifestantes -"de veinte a treinta"- entraron "en tropel" en el templo "pegando gritos" y profiriendo "frases injuriosas". Algo que, ha asegurado, "nunca habíamos visto".