El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha reiterado este sábado su oferta de diálogo a los grupos parlamentarios y ha dicho que está dispuesto a "corregir lo que merezca corrección" y "ceder en todo lo que sea razonable". Eso sí, ha avisado que accede al Ejecutivo para "perseverar" y, por lo tanto, no está dispuesto a "derribar lo construido" y "traicionar" su proyecto político.
Así se ha pronunciado en la sesión de investidura que se celebra en el Pleno del Congreso y de la que se prevé que salga investido con los votos de PP, Ciudadanos y Coalición Canaria (170 escaños) y la abstención de buena parte de la bancada socialista.
Rajoy ha arrancado su discurso con una llamada a la responsabilidad a los grupos parlamentarios para que se comprometan con la gobernabilidad de España porque el país, ha dicho, necesita "algo más que una simple investidura". "Necesita un gobierno que esté en condiciones de gobernar. No de ser gobernado, sino de gobernar", ha insistido.
"NO PIDO UN CHEQUE EN BLANCO" SINO UN GOBIERNO
En este sentido, ha subrayado ante el arco parlamentario que él no pide un "cheque en blanco" sino que reclama un gobierno después de más de 300 días en funciones. A su entender, no podrían sobrevivir con un gobierno que no gobierne porque le faltaran apoyos o le sobraran obstáculos. "El precio sería ruinoso", ha advertido ante todos los diputados.
Por eso, el jefe del Ejecutivo ha recalcado de nuevo que votar "responsablemente" a favor de la investidura implica comprometerse a intentar "construir", especialmente en aquellas materias trascendentales para el bienestar de los españoles, como los compromisos europeos o la estabilidad presupuestaria. "Esto es una responsabilidad de todos, no solo mía", ha exclamado, para añadir que no es "razonable" gobernar sin Presupuestos y, por tanto, "todos" deben ser "consecuentes".
TRABAJAR CADA DÍA LA GOBERNABILIDAD
En esta tesitura, ha dicho que él mismo es el más interesado en dialogar para buscar acuerdos. "Estoy dispuesto a corregir todo lo que merezca corrección, a mejorar todo lo que sea mejorable y a ceder en todo lo que sea razonable; no escatimaré ni tiempo ni dedicación, Necesitamos un gobierno que gobierne y trabajaré cada día esa gobernabilidad", ha manifestado.
Eso sí, ha advertido que él hay un límite que él mismo se impone porque no pretende acceder al Gobierno para realizar cualquier clase de política. "No estoy dispuesto a derribar lo construido", ha enfatizado, para agregar que se puede "mejorar" pero él no está dispuesto a "aceptar" una "demolición".
Por eso, y ante las peticiones de la oposición para derogar reformas clave de la pasada legislatura, el jefe del Ejecutivo en funciones ha subrayado que "nadie" puede esperar que él "contribuya a lesionar la recuperación económica y la creación de empleo", porque no hará ese daño a los españoles.
"NO TIENE SENTIDO LIQUIDAR TODAS LAS REFORMAS"
"No tiene ningún sentido liquidar todas las reformas", ha proclamado, para insistir en que accede al Gobierno para "perseverar" después de que haya partidos, ha dicho, que hablan de dar la "vuelta" a las políticas del PP. En su opinión, no se puede pretender que gobierne y "traicione" su propio proyecto político.
Y en la parte final de su intervención, Mariano Rajoy ha afirmado que él no pide "la luna" sino un Gobierno "previsible" que pueda consolidar lo hecho hasta ahora, seguir mejorando y sostener el ritmo de empleo.
"Pido madurez, pido que cuando se dé un paso se acepten las consecuencias de ese paso. Pido que podamos todos decir a los españoles que van a contar con un gobierno que gobierna, no por su propia fortaleza, sino porque en la Cámara no han de faltarle apoyos para desarrollar las tareas", ha concluido.