Cuidar a los que nos cuidan y a quienes más lo necesitan es lo que se han propuesto cocineros de varios países que, con sus restaurantes cerrados por la pandemia del coronavirus, regresan a los fogones para alimentar al personal sanitario y personas sin recursos.
Con pequeños bares de barrio que trabajan gratuitamente para sus vecinos, restaurantes que donan sus despensas a Bancos de Alimentos y comedores sociales y galardonados con estrellas Michelin que cocinan para hospitales, el sector vuelve a mostrar su cara más solidaria.
En Madrid, la ciudad española más golpeada por el COVID-19, la ONG Gastronomía Solidaria reúne ya a 200 cocineros voluntarios a disposición del Ayuntamiento para dar de comer a los sanitarios desplazados al hospital abierto en el recinto ferial Ifema "y a quienes haga falta", dicen a Efe.
También en la capital se ha puesto en marcha Food4Heroes, con la que restaurantes como Honest Greens, Grosso Napoletano, Tierra Burritos o Manolitos Bakery llevan comida a personal hospitalario.
E incluso los "cocinillas" aficionados se organizan en redes sociales para llevar sus tarteras a los centros sanitarios más próximos a sus domicilios, idea que intenta aunar el emprendedor y exdirector de Terra Juanjo Amorín bajo la etiqueta #YoTeCocino.
En Barcelona, el movimiento HealthWarriors cuenta ya con medio centenar de establecimientos donde se preparan comidas y cenas que se entregan de forma gratuita al personal que trabaja en hospitales. Responden a la llamada de Francesc Terns que, con sus dos negocios de comida a domicilio cerrados y las neveras llenas comenzó solo, "con sus manitas y su coche".
Así lo explica a Efe Nacho Ballesta, quien con su empresa de comunicación The Foodtellers ha conseguido amplificar la campaña a través de las redes sociales. Los receptores de los menús están "encantados", asegura.
"El segundo escalón es acceder a una cocina de producción para alimentar a personas necesitadas, creando un gran comedor social, pero en la casa de cada uno. Y el siguiente, buscar una red logística para implementar la idea en cualquier lugar de España", añade.
José Campoviejo, con una estrella Michelin en El Corral del Indianu (Asturias), cumplió este lunes 51 años y lo celebró cocinando de forma altruista para 70 niños sin recursos de su pueblo, Arriondas. "Fue el cumpleaños más feliz de mi vida", confiesa a Efe.
Con el restaurante cerrado, decidió no quedarse de brazos cruzados y consiguió que le dejaran las cocinas del colegio público y que Cáritas y el Ayuntamiento le pasaran un listado de quienes necesitan de su labor. Los alimentos fueron llegando gracias a su llamamiento a través de las redes sociales y ya tiene "para hacer comidas para más de 20 días".
Elabora a diario desayunos, comidas y cenas -ensalada de pasta, arroz estofado con setas y pollo, escalope empanado, tortilla de patatas, melón, leche, pan, galletas, yogures- que el servicio de asistencia social reparte entre las familias desfavorecidas.
"Mi llamamiento es ahora para extenderlo a toda Asturias", dice un cocinero que lanza una crítica a algunos de sus compañeros: "Verles subiendo a redes fotos de chuletones y recetas complicadas me entristece. No es el momento porque hay muchas neveras vacías. No es el momento de posturear, sino de ayudar".
En Zaragoza, la hostelería local ha activado "Gastroaplausos" para elaborar cenas para el personal del Hospital Miguel Servet y del Clínico, y por el momento ya cuentan con restaurantes como La Mafia, Ginger Fizz Bar, La tradicional, La Mostaza, Bronson, Peppone y Pizza Mia, aunque el objetivo es seguir creciendo.
En Francia, el chef del Palacio del Elíseo, Guillaume Gómez, ha logrado ya reunir a más de 200 cocineros -varios con estrellas Michelin- y empresas de alimentación y logística para dar de comer al personal sanitario civil y militar de todo el país.
Se trata de la campaña "Les chefs avec les soignants" (los cocineros con los cuidadores), lanzada a través de redes sociales y por la cada día reparten menús a trabajadores de hospitales para darles fuerzas y la alimentación necesaria en su empeño bajo el lema "ocupaos vosotros de nosotros, nosotros nos ocupados de vosotros".
En una Italia también duramente golpeada por el COVID-19, son los cocineros más conocidos quienes, con sus restaurantes cerrados, vuelven a vestir sus chaquetillas para otro público.
El mediático Carlo Cracco dio de comer al personal que construye el hospital de campaña de la Feria de Milán, los hermanos Chicco e Bobo Cerea, del 'triestrellado' Da Vittorio cocinaron para el hospital instalado en la Feria de Bérgamo, y algunos de los más prestigiosos de Roma lo han hecho para el hospital de enfermedades infecciosas Spallanzani.
Además, el español afincado en Estados Unidos José Andrés ha puesto en marcha la maquinaria de su fundación World Central Kitchen para alimentar desde pasajeros en cuarentena de un crucero a barrios enteros habitados por personas desfavorecidas, como ya hizo en otras crisis humanitarias.