En apenas cuatro días, El Rompido vivirá sus días grandes con la celebración de las Fiestas en honor de Nta. Sra. del Carmen. Para muchos, se trata de un momento muy esperado que se traduce en diversión durante cuatro días. Sin embargo, para los vecinos de la Urbanización Punta Coral serán cuatro días de intensa pesadilla, más los que llevan ya sufridos con las labores de montaje del recinto ferial.

El  motivo es que el Ayuntamiento de Cartaya decidió el año pasado trasladar las fiestas de su ubicación tradicional, en la plaza central de El Rompido, a una explanada de aparcamientos junto a la citada urbanización.

Las molestias son tales, según han denunciado a Viva Huelva, que han mandado varios escritos al alcalde cartayero, el independiente Juan Miguel Polo, pero aún están esperando respuesta.

En este escrito, relatan  las incomodidades que tienen que soportar durante estos días. “Durante las fiestas, no se puede dormir con los ruidos de las atracciones, que no tienen ni horario ni limitación de ruidos; el volumen es de tal calibre, que los cristales vibran de una forma indescriptible”.

Además, denuncian que el Ayuntamiento de Cartaya “desvía durante estos días la circulación de una carretera local, comarcal o provincial, por una calle de la urbanización, no adaptada para este tipo de circulación y sin señalizar adecuadamente ­­-con carteles escritos a mano para señalizar las direcciones-, hecho que pone en peligro también a los habitantes de la urbanización”.

Del mismo modo, recuerdan que se trata de una urbanización habitada en su mayoría por veraneantes, que han elegido El Rompido como lugar de descanso vacacional, pero ese descanso se ha transformado en “un infierno durante una semana”.

Peticiones
Por todo ello, solicitan al Ayuntamiento que “de instrucciones a los feriantes para que las actividades de montaje y desmontaje sean a partir de las 10.00 horas ­­-empiezan a las 8.30-, que la música y animación de las atracciones tengan un límite horario y estén hasta el amanecer, con un volumen de música y de griterío ensordecedor -retan al alcalde a medir la contaminación acústica en la zona- y que, para el próximo año, localicen otro lugar para situar el recinto ferial”.