La semana próxima Chantal Leslie Masera habría cumplido 16 años, pero perdió la vida cuando tenía 8: “Llevo luchando el mismo tiempo que me dejaron vivir con ella y aún no he aceptado su muerte”.
Son palabras de Elena Masera, madre de la pequeña, que este jueves y viernes afronta el juicio contra tres médicos del Hospital Juan Ramón Jiménez (eran cuatro los imputados, pero uno falleció) por la presunta negligencia que provocó la muerte de su hija tras las complicaciones derivadas después de una operación de apendicitis. La intervención fue el 24 de diciembre de 2005. Tres días después su hija falleció, según Masera, “por el abandono del hospital”. Ella explica que conforme su hija fue empeorando “nunca se le practicó ni una analítica, ni una ecografía, ni un estudio de heces, ni se le levantaron los apósitos para ver si había infección, ni le dieron antibióticos para reducir la fiebre, tan sólo suero”.
Tras siete años y medio de “mucha impotencia”, los padres afrontan la cita con la esperanza de que “se haga justicia de verdad, limpia, justa y transparente”. Uno de los mayores temores de los padres surge después de que en las últimas semanas el juez haya aceptado 18 testigos por parte de las defensas entre peritos, catedráticos y jefes de servicio del hospital, lo que hace que una veintena de facultativos vayan a intentar que sus compañeros sean absueltos. Ante esto, preguntada por los periodistas sobre si tenía miedo a que haya cierto corporativismo, no dudó en responder que sí, a lo que añadió: “Va a haber 18 testigos más en nuestra contra, que nunca vieron a mi hija. El jefe de servicios no se lo cree ni él que estaba allí”. “Por muchos catedráticos de medicina que vengan, que ni vieron a mi hija en su agonía y muerte, y expliquen el proceso, la realidad es la que es y es que no hicieron nada por salvarle la vida”, aseguró.
De su lado, los padres se agarran a la documentación de todo el agónico proceso de su hija, a la declaración de una mujer, familiar de un compañero de habitación de la niña, y a la de dos peritos forenses del Instituto de Medicina Legal. “Tengo confianza en la Justicia porque llevo la verdad”.
Asimismo, en su comparecencia de este miércoles, acompañada del padre de Chantal, Robert Leslie, Elena Masera explicó que durante estos siete años y medio “he sentido abandono por parte de la Justicia”, pero espera que el juez “sea humano” y condene a los que ellos están convencidos que causaron el precoz fallecimiento de su pequeña Chantal. “Nuestro abogado nos dijo que el proceso iba a ser largo, nos habló de cuatro o cinco años”, pero al final el juicio llega siete años y medio después. Cabe recordar en este punto que el juicio fue aplazado el pasado mes de enero, tras el cambio de juez en el Juzgado de lo Penal Número 1 de Huelva.
Ahora ha llegado el momento de que la Justicia dictamine. Tanto la Fiscalía como la acusación particular, representada por el abogado de la Asociación de Víctimas de Negligencias Médicas, piden, por un delito de homicidio por imprudencia profesional, cuatro años de cárcel para cada uno de los tres médicos, 200.000 euros de indemnización y seis años de inhabilitación, porque, según defendieron los padres, “son una amenaza y lo que nos ha pasado a nosotros le puede pasar a cualquiera”.