Llega la hora decisiva

Comienza un juicio otra vez sobre hechos terribles que sitúan a Huelva de nuevo en el mapa mediático aunque en Córdoba, en un proceso que se antoja complicado, por la cantidad de testificales y periciales que pasarán por la Sala de la Audiencia califal, y que, para bien o para mal, tendrá su punto culminante en las declaraciones tanto de Ruth Ortiz, la madre onubense marcada terriblemente por la desgracia de un suceso que nunca debería haberse producido, y de José Bretón, el padre acusado de matar a sus propios hijos y de hacerlos desaparecer posteriormente. A todos nos cabe esperar que se haga justicia, simplemente, que se atienda al proceso y a las pruebas para delimitar la culpabilidad o la inocencia de Bretón, un proceso que no sea utilizado, por otra parte, como carnaza para esos medios que viven estas cosas como un espectáculo morboso que sirve para hinchar las audiencias. Está en juego el dolor de una madre, cuya vida ya nunca será lo mismo, y está también, el respiro para una sociedad, la onubense, que vive demasiados sobresaltos relacionados con sucesos donde los niños, la parte más débil, se convierten en tristes y trágicos protagonistas. Hay que pedir que el juez está acertado en su decisión, pero no debemos olvidar, sea cual sea el fallo final, que la Justicia tiene unos cauces que la delimitan y la obligan a seguir la norma y el proceso, nos guste o no la resolución final.