La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a S.S.V., de 34 años, a cinco años y nueve meses de cárcel por abusos sexuales a su sobrina, menor de edad, entre los años 2006 y 2012 cuando convivía con ella en la casa de su suegro y abuelo de la víctima.
La Sección Tercera de la Audiencia, en una sentencia a la que ha tenido acceso Efe, lo absuelve de un delito continuado de agresión sexual, pero lo considera responsable de un delito continuado de abuso sexual, sin penetración y con prevalimiento de parentesco sobre una menor de 13 años, y otro de abuso sexual a menor de edad, imponiéndole la referida pena.
Asimismo, le prohíbe acercarse a la víctima o comunicar con ella por cualquier medio o procedimiento durante ocho años y le impone libertad vigilada durante tres años posteriores al cumplimiento de la pena de prisión y que la indemnice en la cantidad de 20.000 euros.
Considera probado el tribunal en su sentencia que en cierta ocasión, en abril o mayo de 2006, S.S.V. aprovechó que la menor, de 7 años entonces, se encontraba en la casa de su abuelo, donde residía el ahora condenado desde 2003, para abordarla sobre la cama y "con ánimo libidinoso, exhibirle un vídeo pornográfico en su móvil que ella soportó sorprendida y avergonzada".
Desde entonces, comienza una frecuente y sistemática serie de actos de contenido sexual con el "mismo modo de proceder", "de madrugada, ya en la vivienda, obligaba a la menor a levantarse de su cama, llevándola al salón, donde se bajaba los pantalones, cogía la mano de la niña poniéndosela en el pene para agarrándola con la suya propia, instarla a masturbarle, repitiendo la acción cada vez que la niña trataba de apartarse.
Hechos que se fueron sucediendo, junto con tocamientos de pechos y genitales de la menor por encima de la ropa, hasta el 1 de noviembre de 2010.
Después de casi dos años sin que hechos similares ocurrieran, el 15 de agosto de 2012, S.S.V. se encontró con la oportunidad de trasladar a su sobrina, junto con su hermana pequeña, desde el domicilio de su padre en El Rocío hasta el de su madre en Huelva, pasando a recoger al que entonces era novio de la víctima.
Durante el trayecto, aprovechando que esta estaba sentada en el asiento del copiloto le palpó pechos y genitales y le hizo comentarios obscenos, un episodio que fue el detonante para que ella le contara los hechos a su madre y denunciarlos.