Los restos mortales de los cinco fallecidos en 1936, durante de la Guerra Civil Española, hallados a finales de 2013 en una fosa del cementerio de Encinasola (Huelva) permanecerán en ella, como han estado los últimos 80 años, como "un símbolo", según han decidido sus familias tras ser identificados.
Ayer se entregaron a los familiares en Encinasola las pruebas de ADN de cuatro de estos cinco cuerpos que han podido ser identificados mediante pruebas de ADN, mientras que el quinto no ha podido ser cotejado con nadie al no tener familiares vivos, si bien por testimonios de vecinos de la localidad se ha podido deducir su identidad.
Asó lo ha confirmado a Efe el Director General de Memoria Democrática, Francisco Javier Giráldez, quien ha destacado el rigor con el que se han realizado las pruebas, así como la colaboración institucional a la hora de culminar los trabajos.
Los certificados entregados son el resultado de las "pruebas cruzadas" realizadas a los cuerpos enterrados en la fosa con respecto a los familiares vivos, y han resuelto todas las dudas sobre la identidad de las personas enterradas que pudiese haber.
Los restos se encontraron a finales de 2013, y cinco meses después se procedió a desenterrarlos, una vez que se consiguió la autorización de la Junta de Andalucía.
La empresa Arq 4 fue la que realizó la exhumación de esta fosa por cuenta de la Asociación Andaluza de Memoria Histórica y Justicia (AMHyJA), mediante un acuerdo con la Diputación onubense, con un presupuesto de 7.700 euros y con ellos terminaron años de gestiones, ya que una vecina del municipio, ya fallecida, fue la que lo solicitó por primera vez, para que su hermano fuese sacado de la fosa y enterrado.
Aunque en principio parecía que solo esa persona estaba enterrada en la fosa, finalmente se presentaron nuevos testimonios que indicaban que al menos cuatro personas estaban enterradas en la misma fosa común, aunque finalmente han sido cinco.