Cuenta Manuel Carrasco que, desde que su padre lo subiera "a la barra de turno" a cantarle a sus compañeros tras "meses de travesía en la mar", ya se supo artista. Este jueves, aquel niño de Huelva que "nunca deja de soñar" cambiará las tablas de cantina por las del Teatro Real como líder en ventas en España.
Con los años y con la experiencia, todo empieza a encajar mejor, no solo lo creativo y lo musical, sino también la parte personal"Este ha sido sin lugar a dudas el mejor año de mi carrera", reconoce el cantante y compositor en una charla con Efe, a unas horas de su participación en el segundo Universal Music Festival, en el que también han tocado Rod Stewart o Bunbury, con un álbum bajo el brazo que a este hijo de marinero le ha puesto el viento a favor.
Titulado precisamente "Bailar el viento", el séptimo disco de su carrera es a estas alturas del año el más vendido del país, con unas ventas certificadas que lo convierten en triple platino.
"Diría que es el más especial o, mejor dicho, el más completo. Una palabra muy importante en la vida es equilibrio y, en este álbum, encontré ese equilibrio de la manera más clara", dice de él.
Canciones como "Yo quiero vivir", su actual sencillo, transmiten una idea clave en su producción, la de sobreponerse a la adversidad.
"Siempre hay momentos difíciles en la vida. De los peores momentos es de los que más aprendes. Conseguir cosas es una cuestión de actitud", afirma el hombre que hace solo unas semanas congregó a 45.000 personas en el Estadio Olímpico de la Cartuja de Sevilla, velada que quedará recogida en un futuro DVD.
"Soy un gran soñador y la gente que imagina cosas importantes al final hace que se cumplan parte de ellas", señala, sin dejar de reconocerse un "afortunado muy consciente de todo lo que está pasando" en los últimos meses.
La suya ha sido una carrera de fondo que comenzó con la meta clara desde muy temprano, cuando se arrancaba a cantar encima de la mesa del colegio.
"Esos fueron mis primeros conciertos y los que me hicieron sentir especial. Otros niños jugaban mejor al fútbol; yo me sentía artista. Para cosas que la mayoría de la gente sabe hacer siempre he sido muy torpe, pero en la música había algo que se apoderaba de mí y me hacía fuerte", dice.
Han hecho falta 13 años para alcanzar la condición de líder superventas, los que han discurrido desde que acabara en segundo lugar en la segunda edición del programa de televisión "Operación Triunfo" y de que publicara su primer disco, "Quiéreme" (2003).
"Con los años y con la experiencia, todo empieza a encajar mejor, no solo lo creativo y lo musical, sino también la parte personal. Está todo más asentado. El tiempo es necesario para convencer a la gente, para que les llegue tu mensaje", valora.
Hoy es él el que, como "coach" de otro concurso de talentos, "La voz", ayuda a encontrar nuevos valores y, en ese proceso, no duda de que su carrera se ha visto beneficiada.
"La televisión tiene un poder máximo. Te acerca a la gente y me ha servido para que se conozca quién soy, lo que pienso y la verdad que tengo. Además a mí me sale ser yo mismo en cada momento, para bien o para mal", reconoce Carrasco, que participará en la próxima edición del programa.
Antes llegará al Real, con todas las entradas agotadas y pequeñas variaciones sobre un "show" muy rodado que el 2 de agosto llevará al Festival de Cap Roig (también con el aforo completo), el 3 a Tarragona y que no parará de girar en las semanas siguientes hasta que el 28 de diciembre recale en el Palau Sant Jordi de Barcelona.