El Tribunal Supremo ha condenado a un vecino de Huelva, por un delito continuado de abuso sexual, a cinco años y un día de cárcel por realizar tocamientos a su nieta desde los cuatro años cuando ésta, los días que pernoctaba en su casa, acudía en su cama por miedo.
El Supremo, en una sentencia, admite el recurso de casación interpuesto por la Fiscalía contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Huelva que lo condenaba a cuatro años y un día y al casa y anula dictando una nueva en la que eleva la pena en un año al entender que la misma aplicaba indebidamente el Código Penal por llevarse a cabo una individualización errónea de esta pena.
Se mantiene, por otra parte, la prohibición de aproximarse a la menor a una distancia inferior a 200 metros, a su domicilio, centro escolar o docente y lugar que frecuente, y a comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento por tiempo de 7 años; y la medida de libertad vigilada durante 7 años una vez cumplida la pena.
Asimismo, el acusado deberá indemnizar a los padres de la menor, como sus representantes legales, en la cantidad de 3.000 euros por daños morales.
Se considera probado que, en fecha no determinada pero con anterioridad al mes de marzo de 2014, el acusado los días que su nieta, nacida en 2007, pernoctaba en su domicilio, sito en Huelva capital, en las ocasiones en que la menor acudía a su cama al tener miedo nocturno, actuando con intención de satisfacer sus deseos sexuales le realizaba tocamientos.
Para ello, aprovechaba cuando su esposa, abuela de la menor, se levantaba para preparar el desayuno, y le pasaba su mano por los genitales de la menor por debajo de la ropa.
Los hechos se repitieron en diversas ocasiones entre los 4 y los 7 años de la menor.
Como consecuencia de estos hechos la menor presenta sentimientos de ambivalencia hacia la figura de su abuelo, masturbación compulsiva, temores y ansiedad, habiéndose recomendado tratamiento psicológico para menores víctimas sexuales para trabajar en las secuelas detectadas.
