Condenado por extorsión sexual a una menor en Huelva

El Juzgado de lo Penal 4 de Huelva ha condenado a cuatro años y medio de cárcel a un hombre por extorsionar a una menor de 17 años, a la que exigió que le enviara fotografías eróticas y de contenido sexual para no difundir unas previas que había encontrado en el móvil de su hijo, del que había sido novia.

El juez ha considerado la petición de la Fiscalía de aplicar a esta persona la eximente incompleta de trastorno mental como consecuencia de "haber sido víctima de un atentado terrorista", por lo que ha rebajado la solicitud de pena de once años a siete, han informado a Efe fuentes jurídicas.

Al condenado, que responde a las iniciales, J.C.B.F., se le ha impuesto también el pago de una multa de más de 3.200 euros, y se le considera responsable de un delito contra la intimidad que afecta a la vida sexual de una víctima que, además, resultaba ser menor, por el que le impone dos años y seis meses de cárcel, según ha adelantado el diario Huelva Información, así como de otro de coacciones que afectan a derechos fundamentales y un tercero de corrupción de menores en su modalidad de tenencia y difusión de pornografía infantil, por el que suma dos años más.

En concepto de responsabilidad civil, entiende la Fiscalía que el el acusado debe indemnizar a la víctima en la cantidad de 5.000 euros por los daños morales ocasionados.

Se considera probado que el acusado J.C.B.F., conoció en el verano de 2015 a la víctima, de 17 años de edad, ya que ésta mantuvo una fugaz relación sentimental con su hijo en el transcurso de la cual le envió a aquel varias imágenes propias de carácter provocativo sexual utilizando aplicaciones de mensajería móvil, que permanecieron en ese teléfono aún después de finalizar la relación.

En una fecha no determinada, pero en todo caso posterior al verano de 2015 y anterior al 15 de enero de 2016, el acusado accedió al teléfono móvil de su hijo y halló aquellas fotografías.

Sabedor de que la víctima aún no había alcanzado los 18 años de edad y aprovechando la confianza familiar que le permitía el manejo del teléfono de su hijo sin levantar sospechas, se apoderó de ellas extrayéndolas y enviándolas al suyo para irrumpir en la intimidad ajena que su hijo y la víctima habían compartido.

En los primeros meses de 2016, el acusado contactó de manera reiterada con la víctima con la intención de coartar su indemnidad sexual y su libertad personal para satisfacer su apetito sexual, pidiéndole que le enviara fotografías propias en las que apareciera desnuda, en planos, poses y realizando prácticas sexuales que él indicaba, manifestándole que de no hacerlo, iba a difundir esas imágenes y decir a sus padres que había mantenido relaciones sexuales con otras personas.