El tiempo en: Benalmádena

Jaén

Viaje de ida y vuelta de la Clemencia

Con el cielo totalmente cubierto y con las predicciones que no daban lluvia hasta bien entrada la noche, la cofradía decidió arriesgar. Apenas media hora después, las imágenes, algunas de las más antiguas de la Semana Santa jienense, desandaban el camino de vuelta a la Iglesia de La Magdalena

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Aveces, la fe, la devoción y la ilusión arrinconan a la sensatez. A veces es más fiable el sentido de la vista que mil predicciones meteorológicas. Ayer, la Junta de Gobierno de la Clemencia decidió salir a la calle porque todos los partes consultados no daban lluvia hasta las once de la noche. Empujados por el fervor popular, pasadas las cinco menos cuarto de la tarde la puerta del templo de la Magdalena se abría ante los vítores y aplausos de cientos de fieles. Las túnicas y capas blancas y los caperuces y cíngulos rojos desafiaban a una Semana Santa de crespón y sollozo. La silueta de Nuestro Padre Jesús de la Caída cruzó serena el portón entre el júbilo del barrio más antiguo de la ciudad y mecida por la Agrupación Musical la Anunciación deTorredelcampo. Camino del Molino de la Condesa, la imagen del Santísimo Cristo de la Clemencia con Santa María Magdalena a sus pies se presentaban como el primer crucificado que veía la Semana de Pasión jienense. El Cristo de Salvador de Cuéllar del año 1593 y la dieciochesca y apocada Magdala, atribuida a Mateo de Medina, comenzaban su itinerario con la marcha propia de la Asociación Musical Santísimo Cristo de la Fe y Consuelo de Martos, “20 años junto a ti”.


Y fue María Santísima del Mayor Dolor, acompañada por San Juan Evangelista quien puso fin a la breve historia del Martes Santo jienense. Media hora después de que el júbilo tiñera de estreno esta aciaga semana cofradiera, las imágenes titulares volvían a su templo entre la decepción generalizada. No volvió a caer una gota en toda la tarde y durante buena parte de la noche. Ya dentro, entre el dolor y el penacho herido, el párroco de la Magdalena, Agustín Rodríguez Gómez, dirigió unas palabras de aliento y apoyo al comisario de la Antigua, Ilustre y Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Clemencia, Nuestro Padre Jesús de la Caída, Santa María Magdalena y María Santísima del Mayor Dolor, José Paulano, y felicitó a todos los cofrades por mantenerse unidos en situaciones como la que ayer vivieron.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN