El cambio político en Andalucía puede sacar al tranvía de Jaén del ostracismo en el que se encuentra desde hace casi ocho años. Los dos socios de gobierno, PP y Cs, habían comprometido en la campaña electoral la activación de este sistema de transportes, que tuvo un coste de 120 millones de euros de inversión pública pero que nunca llegó a funcionar (más allá del periodo de pruebas) por el eterno enfrentamiento político entre el Consistorio de Jaén (PP) y la Junta de Andalucía (PSOE). Ahora, el cambio de interlocutores en Sevilla allana el camino para desbloquearlo. “El tranvía ya no es ningún tabú en el PP. Es cierto que fue una inversión de la Junta que en su momento entendimos que no era necesaria porque había otras prioridades, pero una vez hecha la inversión hay que buscar soluciones y la infraestructura hay que ponerla en marcha. Hay un convenio cerrado entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía y nosotros nos comprometemos a ponerlo en marcha”, fueron las palabras textuales que la cabeza de lista del PP por Jaén en las elecciones del 2-D, Maribel Lozano, dijo en una entrevista en relación al tranvía. Y antes de eso, la actual dirección del PP en Jaén cambió su discurso sobre al tranvía al apostar por su puesta en marcha en su programa electoral. Se cierra así la etapa de distanciamiento auspiciada por el anterior presidente provincial y exalcalde, José Enrique Fernández de Moya, y que, con su silencio y su ambigüedad, habían avalado los actuales gestores del PP jienense. En la misma línea, la cabeza de lista de Cs, Mónica Moreno (que va a ser viceportavoz de la formación naranja en el Parlamento), dejó claro que “hasta que Ciudadanos no esté en el gobierno de la Junta el tranvía no va a echar a andar”. Cs ya anticipó en su día la puesta en marcha del sistema tranviario para finales del último verano, algo que no llegó a producirse.
Y si en Sevilla los nuevos actores políticos han bendecido la activación del tranvía, en el gobierno municipal de Jaén apenas han tardado un día desde que se formó el nuevo Ejecutivo para anunciar su disposición a firmar lo antes posible el convenio con la Junta, incluso antes del mes de mayo. Un convenio que, como ha recordado el concejal de Hacienda y Contratación, Manuel Bonilla, se basará en el pacto alcanzado en mayo del año pasado para la financiación de los costes de explotación del tranvía, el 75% la Junta y el 25% restante, el Consistorio. El borrador del presupuesto municipal para 2019 -aún sin aprobar y pendiente de un informe vinculante del Ministerio de Hacienda- recoge una partida superior al 1,5 millones de euros de cara al funcionamiento de este transporte. Hay que recordar que el pacto de mayo entre Junta y Ayuntamiento (con la Diputación Provincial como tercera pata al asumir su compromiso de patrocinio) saltó por los aires al convocarse las elecciones andaluzas. Fue entonces cuando el Ayuntamiento reclamó incluir en el reparto de los costes de explotación a los vagones del tranvía, cuya amortización está asumiendo el Consistorio. Sin embargo, el anterior consejero de Fomento, Felipe López, rechazó la pretensión municipal al entender que es una inversión previa y, en ese caso, se debería computar también, por ejemplo, los relativos a obras, catenarias o semaforización. El Consejo de Gobierno de la Junta declaró en junio de interés metropolitano el sistema tranviario de Jaén, lo que en la práctica supone que el Gobierno andaluz se hace cargo de esta infraestructura tras siete años inactiva. Y, a partir de ahora, además del nuevo convenio, hay que poner en marcha la licitación del concurso de explotación por un operador ferroviario, la contratación del personal de la operación y realización de las pruebas dinámicas y en blanco; y, paralelamente, la restitución de la infraestructura y el material móvil que la Junta entregó al municipio en 2011, y cuyo coste se ha estimado en casi 2,5 millones de euros que sufragará la Junta y que, posteriormente, repercutirá en la futura empresa concesionaria. Desde la Junta se estimó que el tranvía jienense tendrá una demanda que se calcula inicialmente en 1,5 millones de viajeros anuales. De acuerdo con las previsiones, a partir de una disponibilidad de 3-4 unidades móviles en línea, el servicio se prestará en un intervalo de paso de entre 10 y 15 minutos en días laborables y 30 en fines de semana y festivos, con una velocidad comercial de 20 kilómetros/hora, frente a los 11-12 actuales del bus urbano. Y evitará cerca de 400.000 desplazamientos en coche.