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Jaén

Intensidad y sentimiento cofrade en el pregón de la Semana Santa

Javier Alcántara se ha convertido en el pregonero más joven y el primero de la Hermandad de La Amargura Fuerza, pasión, corazón y en ocupar la Tribuna de Honor

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  • Francisco Javier Alcántara Armenteros, pregonero de la Semana Santa de Jaén. -

Fuerza, pasión, corazón y vivencias en el Pregón de la Semana Santa de Jaén 2019. El cofrade Francisco Javier Alcántara Armenteros (Torredelcampo, 1981) ha ocupado este domingo la Tribuna de Honor, llenando el aforo del teatro Infanta Leonor en un acto organizado por la Agrupación de Cofradías. Su presidente, Francisco J. Latorre, estuvo acompañado por el obispo de la Diócesis, Amadeo Rodríguez, y el alcalde, Javier Márquez, entre otras autoridades civiles.

Tras la presentación realizada por Juan Francisco Ramírez, el pregonero del año pasado, tomó la palabra, convirtiéndose desde ese momento en el cofrade más joven y el primero de la Hermandad de La Amargura en poner voz a la Semana de Pasión de la capital. Lo hizo con mucha intensidad, desde el inicio, a la vez que con el sentimiento cofrade y mariano que en la cofradía de El Salvador llevan por bandera.

Ha sido un 7 de abril, quinto domingo de Cuaresma, un día inolvidable para Javier Alcántara, que reconoció sentirse “orgulloso” por dar fe y testimonio en una Jaén que “como cofrade y cristiano lo es todo” para él, agradeciendo que la Comisión Permanente de la Agrupación, en su 25º aniversario fundacional, lo designara como pregonero.

Con su pregón demostró ser un cofrade de calle, un devoto mariano que anunció que “Jaén está en primavera cofradiera” con una intervención no fijada por días, sino por emociones, que lo llevaban a una y otra hermandad, a diferentes momentos cofrades, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección.

Empezó con una dedicatoria a la capital, “una ciudad histórica y eterna”, para seguir con las hermandades, con palabras marcadas por una emoción desbordada, con la que hizo un guiño a las vírgenes, a los cristos, pero también a los cofrades y costaleros. “Debajo de cada faldón y trabajadera hay horas de ensayo, de amor a Dios siempre Santificado, a Cristo y para Cristo, de sacrificio como el que hace una Madre por todos sus hijos”, dijo.

No faltaron dedicatorias a su Virgen de la Amargura, “siempre Reina para orgullo de la Semana Santa de Jaén, por ser en Jaén Reina y Señora de todas las cofradías”, dijo. Tampoco a Nuestro Padre Jesús Nazareno, la “devoción en Jaén, la verdad y el camino”.

Explicó que ser cofrade es “buscar la belleza de las formas sin perder el origen del mensaje”. No habló de traiciones, pero sí de abandonos, de las debilidades como cofrade. “Ser cofrade es acogerse a la virtud de la fidelidad y de la entrega total a Dios y hacerlo en tu hermandad, a permanecer en ella, a pesar de que como humanos tengamos diferencias (…) Ser cofrade es dar la cara por Cristo, por tu Hermandad, y no llevarlo sólo en el bolsillo y sacarlo de vez en cuando o ahora cuando el incienso y la cera derretida sale por las puertas de la Iglesia y perfuma las plazas”, dijo.

Un pregón con el que defendió que “todas las cofradías suman” y que es en esa suma “cuando se hace más grande la Semana Santa de Jaén”.

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