Si ya la semana pasada se equivocó de forma desproporcionada y casi infantil al provocar colas de tráfico intencionadamente en la entrada de la verja al Peñón al ordenar a su Policía Local realizar controles exhaustivos a los vehículos; ayer, el ridículo fue mucho mayor al anunciar que estudia cobrar un peaje a los miles de visitantes que entran a diario a Gibraltar.
Ni corto ni perezoso, Sánchez anunció que va a encargar a los técnicos municipales un estudio sobre la posibilidad de implantar ese peaje de acceso a Gibraltar. De antemano, cualquier político que esté en sus cabales sabe que es una idea inútil e irrealizable. Sánchez señala que esta disparatada idea se le ha ocurrido, en plena feria de La Línea, al ver publicado en los medios de comunicación nacionales de que los ingresos presupuestados por parte de Gibraltar para el próximo año, cifrados en más de 350 millones de euros, proceden en su mayor parte del número de visitantes anuales procedentes de España.
Y Sánchez, en su propio mundo, compara la economía de Gibraltar con los 10.000 parados que existen en La Línea de la Concepción, y señala que “es una situación realmente intolerable”. En ningún modo, Sánchez y su partido el PP se responsabilizan de esos parados a pesar de que llevan más de tres legislaturas gobernando en la ciudad. El alcalde de la ciudad entiende que es necesario que La Línea finalmente se vea beneficiada de las relaciones que desde hace varios años se mantienen entre los gobiernos del Reino Unido, Gibraltar y España, calificados como Foro Tripartito. Una reivindicación que, por otra parte, también tendría su derecho el resto de municipios del Campo de Gibraltar.
“Imposible seguir”
El propio Alejandro Sánchez reconoce que su gestión económica ha tocado techo y que es “imposible seguir” manteniendo la situación actual por más tiempo; y culpa del deterioro de La Línea paradójicamente a Gibraltar que “es la gran beneficiada de todos los acuerdos que dependen de dicho foro”. Sánchez, tampoco recuerda, que La Línea es también la principal beneficiada del entorno del Peñón y que por ejemplo dentro de unos años obtendrá una terminal conjunta del aeropuerto. Sánchez ha querido explicar esta decisión de cobrar un peaje aduciendo que “las visitas a Gibraltar por parte de ciudadanos españoles únicamente producen gastos, como los que suponen la regulación del tráfico en la entrada de la frontera con la colonia, o la servidumbre que para la ciudad supone la dotación de nuevas líneas telefónicas para Gibraltar”.
En su viaje emprendido de no retorno, Alejandro Sánchez también ha anunciado que va a protagonizar una marcha a pie desde la frontera de Gibraltar hasta las oficinas de la Administración General del Estado (AGE), con sede en Algeciras, donde realizará la lectura de un manifiesto en defensa de la solución estructural definitiva para la ciudad. Una marcha para el viernes 30, es decir, curiosamente una vez que haya pasado y disfrutado de la Velada y Fiestas de ciudad.
La propia imposibilidad de la propuesta del peaje la tuvo que matizar inmediatamente Sánchez al darse cuenta que “en ningún caso perjudicará a los trabajadores españoles en el Peñón”, ya que especificó que obtendrán un documento de salvaguarda para evitar el pago diario por su acceso al Peñón. En este caso, no se contempla este salvoconducto para el resto de linenses ni campogibraltareños. Todo un disparate.
