Juárez, quien no desmintió en ningún momento la acusación, advirtió, no obstante, que emprenderá acciones legales “contra todos” los que le han acusado en relación al llamado caso Roseworld, en el que se le imputan los delitos de cohecho y prevaricación. El ex primer edil manifestó que “tendremos entre todos los que aquí estamos el dinero y muy buenos abogados para ir a muerte, jurídicamente hablando contra todas esas personas”.
Por otro lado, el representante de la acusación particular, Marco de Felipe, dijo que Juárez “hablaba con una concejala, también acusada, y Juárez se acercó para decirle: Cuando esto acabe, os voy a follar a todos” (sic).
El juicio se reanudó ayer con las declaraciones de los primeros testigos. Entre ellos, una de las agentes de Policía que descubrió la trama, y en cuyo informe se reflejaba que “no se entiende que Lábaro saldase las deudas de Roseworld por simple altruismo”, y que tuvo que haber “concurso de voluntades”.
También compareció el edil socialista Miguel Tornay, quien alegó que cambió su voto cuando el secretario de la Mesa de Contratación manifestó sus dudas acerca de la solvencia de Roseworld. De igual modo, afirmó que había considerado “extraña” la premura que adjudicó la parcela a Roseworld, y que no tenía interés especial en que ésta fuera a parar a Promaga.
De igual modo, el ex edil de Unidad por La Línea Antonio García Buendía, afirmó que votó a favor de la adjudicación “por los informes técnicos” y aportó el dato de que el dinero que se pagó “estaba presupuestado” pero que no sabría decir el destino que se le dio, al tiempo que afirmó que su imputación por parte del fiscal en un estado avanzado de las actuaciones fue “puramente política”.
La sesión se desarrolló durante toda la mañana y se prolongó hasta la tarde con el testimonio previsto del secretario de la Mesa de Contratación, Alfonso Ruíz Pau.
