La multinacional Carbures, especializada en la fabricación de piezas de fibra de carbono, se prepara para dar el salto desde la aeronáutica a la automoción, un sector que quiere revolucionar y en el que tiene previstas ventas por más de 230 millones de euros hasta 2018. La firma, que surgió hace más de un década fruto de una colaboración entre la Universidad de Cádiz y Airbus, se ha convertido en todo un símbolo de futuro para la provincia.
Una de sus siete plantas, Carbures Airport, ubicada en el Polo Aeronáutico de Jerez, fue visitada ayer por el príncipe Felipe de Borbón, donde conoció la tecnología desarrollada por Carbures y los planes de futuro del grupo, que pasan por la inauguración de una planta de producción para el sector de la automoción en El Burgo de Osma (Soria), que estará operativa antes de fin de año. Con ella, tras consolidar su posición de liderazgo en España en la producción de piezas de fibra de carbono en el sector aeronáutico, quiere diversificarse para consolidarse en el mundo de la automoción.
La empresa ha realizado un nuevo desarrollo tecnológico propio que le permite la fabricación para coches de piezas de materiales compuestos, como la fibra de carbono, un material que es 4,5 veces más ligero y hasta tres veces más resistente y flexible que el acero. Con esta tecnología, que tiene una cartera de pedidos ya garantizada del sector aeronáutico hasta 2020, suma unas buenas previsiones económicas, de manera que en la segunda mitad de este ejercicio “se materializarán ingresos relevantes relacionados principalmente con el negocio de la automoción”. Una actividad que “registrará una tasa anual de crecimiento compuesto del 204,9 % entre 2013 y 2016, con unas previsiones de ventas de 31,8 millones en 2016”. Estas cifras muestran un crecimiento aún mayor para los dos años siguientes, 2016-2018, periodo en el que la compañía tiene previstos proyectos por valor de “200 de millones de dólares”.
El grupo ha invertido dos millones de euros en i+D en el último año en el desarrollo de una patente propia que acorta el proceso de fabricación lineal en materiales compuestos y que la hace competitiva con los procesos de fabricación tradicional en metal, tanto en costes como en tiempos de fabricación de las piezas. Con ello la empresa dispondrá de un sistema de fabricación de piezas para coches en fibra de carbono que “revoluciona el sector porque permite popularizar la construcción de coches mucho más eficientes, que rebajan su peso, su consumo y su índice de contaminación”.
Un éxito forjado en una tecnología propia
La base del éxito de Carbures hasta el momento se basa en el desarrollo de una tecnología propia que ha posicionado a la firma como “la única compañía en Europa” capaz de aplicar el proceso de producción lineal a la fabricación de piezas de avión y, ahora, de coches en materiales como la fibra de carbono.
Hasta ahora, Carbures era conocida como fabricante de piezas para compañías como Airbus, Airbus Military, Boeing, Bombadier o Xcor. En este tiempo ha construido, con fibra de carbono, desde elementos estructurales de aviones, tanto comerciales como de defensa, como las vigas del chasis de cabina, la panza del avión o la cola, hasta otras de menor tamaño, como son las tapas de las bocas de repostaje. Por ejemplo, fabrica la tapa del tanque de combustible, vigas estructurales del chasis de la aeronave y la panza de cola (Fan cowl) del A-380, el avión comercial más grande del mundo.
Desde este momento, y tras desarrollar un know how industrial y una tecnología propia, aplicará el proceso de producción lineal a la fabricación de piezas de avión a la de coches en materiales compuestos como la fibra de carbono.