Desde que hace más de una semana arrancara el juicio por el ‘caso PTA’ en la Audiencia Provincial de Cádiz las alusiones a Jesús Parra, el técnico municipal director del Departamento de Medio Rural encargado de redactar los informes de valoración de las empresas para instalarse al Parque Tecnológico Agroindustrial, han sido constantes y recurrentes. Era uno de los testigos más esperados y presumiblemente clave para cerrar interrogantes sobre si se amañó o no el proceso de las ayudas para favorecer a TISA con 244.000 euros, si bien ayer no señaló directamente a la exalcaldesa Pilar Sánchez, para la que piden siete años de cárcel, negando presiones por su parte. Tampoco la desvinculó del caso ni mucho menos. Contó que llegaron a reunirse en Alcaldía, lo cual rechazó la exregidora cuando afirmó en su declaración que “nunca hablaba con técnicos” y en caso de necesitar consultar algo “llamaba a sus delegados”.
Pero, vayamos por partes. Parra afirmó ayer ante el tribunal que al contrario que le había ocurrido con otras sociedades, en el caso de la empresa Tecnologia e Innovación Sanitaria, TISA, tuvo que hacer un “acto creativo” para justificar en un segundo borrador -ante la insistencia de sus superiores- que esta sociedad pudiera obtener la puntuación máxima, puesto que él siempre consideró, y así lo hizo llegar que era “era objetivamente imposible” darle los 14 puntos que le “pedían”.
De hecho, relató ante el tribunal que cuando en 2006 recibió la solicitud inicial de TISA en un primer momento pensó que “no tenía sentido” que una empresa de fabricación de generadores de oxígeno se instalara en el PTA, dado que no era la entidad que “encajaba” en la “prioridad” de este parque. Fue en ese intervalo, aproximadamente, porque “me bailaban las fechas”, agregó, cuando recibió una llamada de Alcaldía citándolo en su despacho “fuera de agenda” en la que la entonces alcaldesa le indicó que “contactara” con TISA, que estaba dispuesta a invertir casi ocho millones de euros y le aportó “documentación complementaria” reiterándole que era una “empresa buena para Jerez”. Le planteó que, por lo tanto, hiciera “un buen trabajo técnico”, una petición que no le extrañó porque consideró “normal” que como alcaldesa “se preocupara por Jerez”. ¿Le dijo entonces que tratara el tema con cariño?”, indicó el fiscal, a lo que Parra asintió, reiterando que no vio este gesto como una “presión” ni “en la vida” se sintió “coaccionado” en este sentido por Sánchez.
Volviendo al proceso de valoración y evaluación de TISA, manifestó que tras su primera impresión, pensó que podría ser “interesante” la implantación de la empresa para relacionar su proyecto con el proceso agroalimentario y “abrir las puertas” a la industria sanitaria. Esto explica que en su informe elevado a la comisión de seguimiento la evaluara con nueve puntos. Y es que al margen de las posibilidades en un futuro, seguía teniendo claro, como reiteró ayer, que “objetivamente era imposible darle la máxima puntuación” que implicaba pasar de un descuento del 20% al 40% en el precio final de la compra del suelo.
No quería ser gerente del PTA
Fue a partir de ese momento cuando una vez presentado dicho documento, su superior y delegada de Medio Rural, Carmen Martínez -también procesada en este proceso junto con el exdelegado de Fomento, Francisco Lebrero-le insistió en que le reclamaban “desde arriba” -en relación al IPDC (Instituto de Promoción y Desarrollo de la Ciudad) que gestionaba Lebrero- otro nuevo informe que pudiera “justificar” que TISA tuviera la máxima puntuación, a lo cual se opuso asegurando que dicha sociedad “no podía tener” los 14 puntos”.
Desde ese momento, según su testimonio, “fue un continuo” que tanto Martínez como el director del IPDC y otros trabajadores del departamento le trasladaban que hiciera dicho informe llegándole a decir la exdelegada, que “arrib
a estaban muy enfadados”. Él se limitaba a contestarles que “me lo enviaran por escrito”.
Y es que aunque rechazó que fuera “presionado” reconoció que en aquella época el ambiente de trabajo en el Ayuntamiento de Jerez era muy “desagradable” por los problemas económicos. Finalmente, “para que me dejaran en paz” y “quitarme el muerto de encima” decidió escribir un “argumentario”, al que en la fase de instrucción llegó a calificar de “milonga”, de manera que, en base a la documentación que tenía y sus propias “elucubraciones” pudiese justificar en un momento dado que la empresa obtuviera la mayor puntuación muy a su pesar.
No obstante, insistió que en dicho borrador, que nunca firmó y que luego remitió a Martínez por correo electrónico, al gabinete de Alcaldía y al director del IPDC, se cuidó “mucho” en insistir que la puntuación que merecía era de 9 puntos y del uso del documento en el marco de la ley reguladora de las bases del régimen local a través de unas cláusulas que también redactó. Fue luego en el proceso de instrucción -estuvo imputado inicialmente- cuando vio el expediente final que firmó el capataz agrícola de su departamento a petición de Martínez y comprobó que éste “no era el borrador” que él había enviado en su momento, ya que aunque mantenía su texto y argumentaciones “le habían quitado” su cláusula de evaluación final."Alguien lo había cambiado", afirmó cuando le preguntaron sobre quién podía haber sido.
En su declaración -que se prolongó dos horas y media- también relató que a raíz de que en el juzgado le pidiera información, también habló con el capataz –también procesado- y le preguntó por las razones por las que había firmado, explicándole este último que “se había visto acorralado” . También negó ayer por activa y por pasiva que aspirara a ser gerente del PTA y dio a entender que en el contexto en el que se negociaba la entrada de TISA en el PTA en su departamento las aguas andaban muy revueltas. “Me trataban como un grillo dentro de una caja. Estaba aislado y sin funciones”, manifestó.
El marido de Sánchez: "no abrí el correo"
En la vista, que se retoma hoy con nuevos testigos, también declaró el director y vicedirector del IPDC, así como el marido de Pilar Sánchez y entonces jefe del gabinete de Alcaldía –también imputado en la fase de instrucción- que recibió en la cuenta de correo de Alcaldía el borrador de valoración de TISA. “No lo abrí, porque no iba dirigido a mí, y así se lo dije en el juzgado”, afirmó tras negar que conociera a los socios de TISA.
"Ni un minuto en hacerlo"
”No eché ni un minuto en elaborar el documento porque no pensaba que era un informe y que iba a llegar a la firma”. Son afirmaciones de Parra, al que el abogado de la defensa de Sánchez, Juan Pedro Cosano, le planteó un “examen” de casos de otras empresas sin vinculación agroindustrial y que él puntuó mejor que TISA pese a ser una inversión menor, sin dejar de comparar el proceso con el de la Ibense Bornay, que sí obtuvo los 14 puntos. Ahí es donde estuvo más impreciso afirmando que no se acordaba.