Aunque el agua es aparentemente un producto natural, sólo estará lista para el consumo si está en permanente vigilancia por parte de profesionales especializados que intervienen a lo largo del proceso del ciclo integral del agua. Una vigilancia que comienza en la misma captación de las aguas y que prosigue antes de su distribución definitiva hasta los clientes de la red.
Como ya apuntamos en nuestra primera entrega, en la zona de captación se instala un equipo de desbaste de residuos y vegetación. En este sentido, para convertir estos recursos en agua potable, el agua bruta tiene que ser captada y se le tiene que aplicar un tratamiento más o menos complejo en función de la calidad del agua de origen, que se realiza en las Estaciones de Tratamiento de Agua Potable.
Las etapas de este proceso comienzan en la cámara de mezcla: un tanque donde llega el agua para mezclarla con los reactivos químicos del tratamiento del agua, mediante un equipo mecánico o batidor. La dosis de este reactivo depende de la acidez y de la mineralización del agua que se vaya a tratar. Este reactivo oxida los compuestos presentes en el agua que precipitan y son eliminados del agua natural. Simultáneamente, ayuda a la eliminación de aquellos microorganismos nocivos para el ser humano. Asimismo, se hace uso de un coagulante, que provoca que se desestabilice el estado de suspensión de los sólidos contenidos en el agua natural y comiencen a aglomerarse.
La segunda etapa tiene lugar en la cámara de floculación, que se compone de varios tanques en serie, donde se acelera la aglomeración de las partículas, para que alcancen una densidad mayor que el agua mediante la ayuda de las paletas mecánicas.
La tercera etapa consiste en la separación de la mayor parte de los componentes orgánicos, metálicos y sólidos suspendidos en el agua de captación se realiza en este proceso. Está compuesta por una serie de tanques en los cuales las partículas sedimentan por gravedad. Ya en la cuarta fase se realiza un tratamiento de afino, eliminando las partículas de menor peso y tamaño que no se eliminaron en la captación anteriormente. Después de la etapa de filtración, se añade un desinfectante al agua para asegurar su calidad microbiológica y convertirla en agua potable para el consumo humano. Una vez producida el agua potable, se almacena en depósitos antes de ser suministrada a los consumidores.
Un caso práctico
El Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana dispone de un Laboratorio Central, ubicado en la ETAP El Montañés, en el que se desarrollan todas las tareas de control sanitario del agua captada para su distribución a los municipios de su área de influencia.
En primer lugar, realizan un seguimiento y control de la calidad del agua en los embalses. Para ello, periódicamente, se llevan a cabo muestreos a diferentes profundidades en los embalses -Los Hurones y Guadalcacín-, al objeto de poder determinar el agua que presenta mayor calidad de cara a su posterior tratamiento en nuestras instalaciones.
En segundo lugar está el seguimiento y control del proceso de tratamiento del agua. Así, diariamente se definen, controlan y verifican los parámetros de funcionamiento de las cuatro plantas de tratamiento de agua potable de las que dispone este Consorcio de Aguas, ubicadas en Algar, Paterna de Rivera, Puerto Real y Cuartillo (Jerez).
A todo ello sigue un seguimiento y control de la calidad del agua destinada al consumo humano. En este sentido, el Consorcio lleva a cabo un plan de muestreo “más exigente y riguroso” que el establecido en el Real Decreto 140/2003. Esta planificación comprende el seguimiento y control de la calidad del agua procedente de las cuatro plantas de tratamiento y de los 18 depósitos de almacenamiento de agua que se gestionan actualmente. Anualmente, se analizan en su laboratorio más de mil muestras de agua destinada al consumo.
Asimismo, todas sus plantas de tratamiento y almacenamiento de agua están dotadas de analizadores en continuo de cloro libre residual y de sistemas de desinfección automática.
El Laboratorio de Control de la Calidad de Agua de Consumo Humano de la ETAP el Montañés cuenta con el certificado del sistema de gestión de calidad ISO 9001:2008, otorgado por parte de la primera entidad nacional de certificación, Bureau Veritas, en Junio de 2009.
Este certificado supone el reconocimiento externo, por parte de un auditor independiente de la garantía y compromiso de mejora continua, con que se trabaja diariamente en este Laboratorio, del que depende la calidad del agua que luego consumimos en nuestros hogares.
Los laboratorios
Los laboratorios de análisis de aguas desempeñan un papel fundamental en la garantía y cumplimiento de las exigencias recogidas en la legislación vigente, por ello, las empresas suministradoras deben estar dotadas de la última tecnología y de profesionales altamente cualificados, además de todos los controles que garanticen el total respeto al medio ambiente.
En el caso de Aqualia, por ejemplo, garantiza la calidad del agua suministrada mediante la realización de más de 1.300.000 análisis al año de agua.
Si tomamos su caso como ejemplo, el alcance de los trabajos realizados en sus laboratorios se refiere a una analítica en la que se tienen en cuenta las siguientes variables: aguas naturales, para comprobar la evolución de los recursos: ríos, lagos, embalses, pozos o cualesquiera que sea su procedencia; aguas brutas antes de ser potabilizadas, en la entrada de la ETAP; ensayos de tratamiento: coagulación - floculación en jar-test, ensayos de ablandamiento, de cloración al “break-point”, etc.; niveles químicos en su paso por las distintas fases del tratamiento para comprobar la eficacia del mismo (por ejemplo, medida de cloro libre residual en el agua decantada para verificar la eficacia de la oxidación, medida del aluminio residual a salida de decantación, etc); aguas almacenadas en depósitos de distribución o a la salida del tratamiento de potabilización; aguas en la propia red de distribución; aguas usadas en la red de colectores de la ciudad (control de vertidos); aguas en el proceso de depuración: aguas de entrada a la planta, salida de cada etapa del proceso de depuración, balsas de aireación, agua tratada, etc; línea de lodos en las EDAR: análisis de bioindicación en licor mezcla de las depuradoras, determinación de la sequedad en lodos deshidratados y de concentración en purgas de decantación, recirculación, reactores biológicos, análisis de sólidos volátiles, etc; y línea de gas en depuradoras de agua residual con digestión anaerobia de lodos de depuración.
El personal a cargo de los laboratorios de aguas potables y residuales dispone de formación técnica y en calidad. Los laboratorios por el tipo de análisis que realizan se diferencian en: laboratorios exclusivos de agua potable, laboratorios exclusivos de agua residual, y laboratorios mixtos con separación física de áreas.
En función de los análisis que vaya a realizar cada laboratorio tendrá un equipamiento distinto: análisis de examen organoléptico, de control o completo.
Para mejorar la instrumentación de los laboratorios que aqualia posee en España se han realizado cuantiosas inversiones y ha implantado un sistema de calidad que marca unas pautas de trabajo definidas, además del cumplimiento de parámetros científicos muy estrictos.
En el caso de Jerez, Aqualia cuenta con un laboratorio de 357 m2, de los cuales 190 son salas de análisis. Además cuenta con laboratorio de ensayos físico-químicos, de microbiología, de preparación de muestras, de cromatografía, de ICP-Mercurio. Tiene capacidad para procesar 2.200 muestras al año.