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Jerez

Un atípico mes de julio

La crisis del coronavirus, aunque por nuestra zona parece controlada, nos sigue dejando imágenes extrañas en un atípico verano

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  • Moteros por Jerez este sábado -

La crisis del coronavirus no cesa, aunque aquí en la zona, afortunadamente, parece bastante controlada, y  nos sigue dejando imágenes extraordinarias, por lo inusuales, en un atípico mes de julio. Que un un domingo día 19 a las 22 horas, en Marbella, sin público en las tribunas, un equipo, como el Xerez DFC, se esté jugando su presencia la próxima campaña en Segunda División B no es normal. Que ese mismo día en el Circuito de Jerez-Ángel Nieto se esté disputando, con casi 50 grados en el asfalto, el Gran Premio de España de motociclismo y sin nadie en las gradas tampoco es lógico. Que este próximo domingo  el mundial repita escenario en nuestra ciudad con un Gran Premio de Andalucía, y nuevamente sin asistencia de espectadores se sale muy mucho de lo habitual; que la pasada semana la Virgen del Carmen no saliese a las calles jerezanas y que esa misma advocación no llenase de fe nuestras cercanas costas con las procesiones marineras no era una noticia esperada; que haya un Gran Premio y no exista motorada y que por la ciudad no hubiese siquiera un atisbo de que algo  e estaba celebrando en el trazado de velocidad no deja de ser extraño; que te sientes en una terraza de un club, como el Nazaret por ejemplo, y tengas puesta la mascarilla si no estás consumiendo es algo inhabitual, aunque necesario dada las condiciones sanitarias por las que estamos atravesando; que bajes a la playa, la que sea, y te pongas a mirar qué distancia existe entre tu sombrilla y la de delante, la de atrás, la de la derecha y la izquierda es casi inconcebible; que si quieres dar un paseo por la orilla, de norte a sur, lo tengas que hacer con mascarilla suena casi a esperpento, aunque es preciso y obligatorio hacerlo por el bien no solo de nuestra salud sino de la de los demás; que ya en julio se esté rumoreando de que este año no habrá zambombas, como las conocemos ahora, que no se sabe cómo será la vuelta al colegio, cuando no de esos vaticinios pesimistas que hablan de una vuelta al confinamiento por otoño no es cuestión de parecer bien o mal, sino es la cruel realidad actual de una sociedad que vive presa del virus que nos llegó a finales del invierno.  

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