Las Denominaciones de Origen del Marco de Jerez ponen su foco de futuro en la defensa de la calidad, los nuevos mercados internacionales y la promoción y formación de los consumidores, según explica su presidente, Cesar Saldaña, en una entrevista con Efeagro.
El Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen "Jerez-Xérès-Sherry", "Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda" y "Vinagre de Jerez" eligió a Saldaña (Jerez, 1961) el pasado octubre como presidente, en sustitución de Beltrán Domecq, que ocupó el cargo durante ocho años.
Saldaña detalla que, en cuanto a la campaña de promoción con apoyo de la Unión Europea (UE), ha sido necesario "reorganizar" por las restricciones derivadas de la pandemia, ya que muchas actividades estaban vinculadas a la hostelería y el consumidor final, en un proyecto que cuenta con 7,5 millones de euros para tres año, y financiación comunitaria al 70 %.
Tras valorar lo que este apoyo de la UE significa para el sector y su viabilidad, considera que esta campaña les da la "oportunidad para dirigirse a los consumidores; tenemos marca, pero somos desconocidos en el gran público, ahora hay que ir al consumidor final".
"Este año es un paréntesis, tanto por la producción como por la pandemia, que ha provocado la suspensión de ferias y fiestas en las que se consumen millones de botellas de nuestros productos; además, el 15 % del vino y el 5 % del vinagre están vinculados a la hostelería, afectada muy gravemente por las medidas contra la covid-19", explica el presidente del Consejo Regulador.
En cuanto a la producción, Saldaña recuerda que la campaña 2019 "fue muy corta, con 8.000 kilos por hectárea debido a la sequía, cuando la media está en torno a 10.500 kilos de rendimiento y 70 millones de kilos de uva" y que la de 2020 "ha sido complicada".
"La de 2020 se ha situado también en torno a los 8.000 kilos de rendimiento, aunque de buena calidad y sanidad de la uva, lo que es muy negativo para los agricultores", detalla.
"No es una problema en este momento", precisa Saldaña, porque "nosotros elaboramos un vino que envejece, que pasa por crianza, con lo que no hay problema de reposición, gracias a las bodegas, pero será muy importante cómo sea la próxima cosecha, una tercera corta sería un escenario complicado".
Este año, asegura, "es un paréntesis, en producción y por la pandemia; pero el mundo es muy grande y hay oportunidades como en Oriente o de crecimiento en Reino Unido, donde los turistas que no han podido venir a España sí han querido seguir disfrutando el producto".
A este escenario, suman el brexit, que "nos preocupa en cuestiones logísticas y administrativas, y sobre todo por 'quién va a pagar la factura'", admite.
De acuerdo a los datos del Consejo Regulador, cuentan con 7.000 hectáreas de viñedo, 1.500 viticultores y 100 bodegas inscritas, con una estructura "muy heterogénea, con distintos tamaños y diferentes enfoques" y "una vocación exportadora: al mercado nacional destinan un tercio y el resto a cien países, con grandes mercados como el Reino Unido".
Los vinos de Jerez y manzanilla generan unos 40 millones de botellas al año, con un precio medio de tres euros a la salida de bodega, unos 120 millones de euros, según el Consejo Regulador, que cifra en 6-7 millones de botellas de 75 cc para el vinagre.
En el caso del vinagre -la primera denominación de este tipo en España y que ha cumplido 25 años-, también pone el foco en los mercados exteriores, "sobre todo a Francia", aunque según Saldaña "tiene gran proyección y crecimiento en Estados unidos y el Reino Unido, aparte del Lejano Oriente".
Para los olorosos, finos y manzanillas, el presidente del Consejo Regulador defiende que, aunque "tradicionalmente relegados al tapeo y el aperitivo", "tienen grandes posibilidades gastronómicas, por lo que parte de la campaña es proponer que se disfrute en la comida".
"La manzanilla, además, es el vino más local, y el reto es abrirse y bajar la edad, por que su consumidor es mayor de 30 años como media", detalla.
Las denominaciones del Marco de Jerez incluyen vinos generosos (como manzanilla, fino, amontillado, palo cortado y oloroso), dulces (moscatel y Pedro Ximénez) y generosos de licor.
"Se trata de defender el modelo de calidad europeo, que implica que el producto tiene sostenibilidad y garantías para el consumidor; el consumidor tiene que saber las denominaciones protegen al sector productivo y fijan población al territorio", defiende Saldaña.
