Que España debería prepararse para, más pronto que tarde, hacer una defensa efectiva de sus intereses en el norte de África, en contra del empecinamiento de algunos políticos en no tener a nadie por enemigo y en no reconocer el irredentismo que caracteriza a los nacionalismos, es una de las advertencias que anuncia el General de División, Juan C. Domingo Guerra, en el nuevo libro que acaba de publicar bajo el título de “Soldados”. Un lúcido ensayo en el que se explican las causas y las consecuencias que origina el desafecto o la animadversión que algunos sectores de la sociedad profesan a los militares y a las Fuerzas Armadas, motivado, entre otras razones, por la secular desconfianza que genera esta institución, sobre todo, en el ámbito de los partidos políticos.
Y es que, según el ensayista, la pacífica aceptación por parte de la sociedad civil del hecho militar es todavía hoy una asignatura pendiente de la democracia, cuyos actuales representantes exhiben “una perturbadora y desconcertante ignorancia sobre la forma de ser y pensar de aquellos a quienes han encomendado su defensa”.
Achacar a lo militar el origen del pretorianismo; el reprochar al ejército el haber sido el garante de la continuidad del régimen de Franco, una apreciación injusta, a juicio de este general, ya que supondría aceptar el autonomismo de las decisiones militares; y permitir que partidos ubicados en los extremos del arco parlamentario monopolicen su afecto, será algunas de las causas que originan este rechazo por lo militar, que ha convertido al soldado en un exotismo sociológico, y al ejército, en una organización sin cauces suficientes para hacer una efectiva defensa de intereses corporativos legítimos.
En definitiva, “Soldados” es un ensayo que no dejará indiferente a quienes se aproximen al libro, entre otras muchas razones, por los certeros análisis que se vierten sobre la actualidad geopolítica, tanto en temas y conflictos candentes como el de la guerra de Ucrania, “que solo concluirá cuando Putin y Zelenski asuman que ninguno de los dos podrá proclamarse vencedor de la contienda”, como por los que están por llegar: Taiwan, Ceuta y Melilla.