No sé qué tiene Jerez que los sevillanos nos sentimos como en casa, y sospecho que a los jerezanos les pasa lo mismo. Y si hablamos en clave cofrade, ya ni les cuento. Se produce un hermanamiento con olor a incienso entrañable.
Eugenio J. Vega Geán y Francisco Antonio García Romero acaban de publicar “Semana Santa de Jerez” donde llevan a cabo un pormenorizado recorrido histórico, antropológico, artístico y cultural de la Semana Grande de Jerez de la Frontera.
Se trata de un volumen definitivo que reúne en un solo tomo ilustrado lleno de erudición el devenir de una de las manifestaciones religiosa más importantes de España, y cuyo posible origen, aunque incierto, se remonta a 1532, cuando la corporación de Nuestra Señora de los Remedios encarga al pintor Juan de Sandoval unas insignias, esculturas y peanas doradas para su entrega en Cuaresma. A partir de esa fecha y con el paso de los años, la Semana Santa de Jerez se ha convertido en una de las cinco grandes celebraciones pasionistas andaluzas y en el reflejo espléndido y sorprendente de una sociedad fervorosa, religiosa -a su manera-, culta y viva, que evoca una estética soñada. Una fiesta mayor que ha conocido las influencias austeras, místicas y barrocas, románticas, populares y flamencas, y se sobrepuso a las crisis sociopolíticas; floreció en los años de la Belle Époque primo-riverista y en su secuela nacionalcatolicista; se adaptó al moderno flower power que llegó a ritmo de folk, pop y rock and roll, o explosionó en un modelo global y depurado, con un lenguaje teatral, cinematográfico y televisivo. “Se trata de una Semana Santa de primer nivel fenomenológico y patrimonial, revalorizada, tradicional e innovadora, con seleccionadas adherencias y creatividad, y con una mirada orgullosa, desafiante y confiada en su futuro”, comentan los autores.
En definitiva, "Semana Santa de Jerez", es una obra que, aparte de incitar a la reflexión por los acertados análisis de sus autores, recoge perfectamente la historia y el alma de un pueblo a través de una devoción que ha persistido durante más de 500 años, y que, si bien ha evolucionado con el devenir de los tiempos, mantiene la esencia de sus raíces remotas. n