La sequía ha hecho retroceder la agricultura a niveles de facturación de hace diez años en la provincia de Málaga, mientras que la ganadería ha recuperado la facturación de hace una década, pero el incremento de los costes de producción hace que sea una subida engañosa, según Asaja.
La facturación agraria será en 2023 de 651,04 millones de euros, un descenso de 50,5 millones respecto a los 701,55 de 2022, que ya era la menor de los diez años anteriores, ha informado este jueves Asaja en un comunicado.
Los incrementos de los costes de producción, especialmente del gasóleo, los abonos, los piensos y la maquinaria,"ahogan" a los productores, que ven que hacer su trabajo les cuesta más dinero del que reciben por su venta, a pesar de la subida de los precios de muchos productos.
La agricultura facturará 508,09 millones de euros (65,55 millones de euros menos que en 2022), y la ganadería alcanzará los 142,95 millones, un incremento de un 12,41 por ciento.
El olivar sigue siendo el cultivo mayoritario de la provincia con más de 135.000 hectáreas, pero en el aceite de oliva esta es la campaña más baja del siglo con 30.316 toneladas y hay que remontarse a 2003 para encontrar una cifra similar.
Los cultivos hortícolas y tubérculos han incrementado su facturación un 1,44 por ciento, al alcanzar la cifra de 142,29 millones.
En el tomate desciende la producción un 17,84 por ciento, y en el pimiento cae un 5,55 por ciento, mientras que la alcachofa sube su facturación un 3,56 por ciento.
Las judías verdes han tenido en este año el peor de la serie con un descenso de 3,90 millones respecto a 2022 y la patata desciende un 12 por ciento en su facturación.
Los cultivos tropicales de la provincia han generado una facturación de 85,08 millones de euros, por lo que esta se ve reducida de forma notable, con un descenso del 18,3 por ciento respecto a 2022.
En el aguacate ha caído un 30 por ciento la producción y un 11,54 por ciento la facturación, y en el mango, un 75,7 por ciento la producción.
En los cítricos, la producción ha descendido respecto a 2022 un 18 por ciento, en el almendro ha caído un 14 por ciento, en la castaña un 73 por ciento sobre 2022 y el viñedo ha vivido el peor año de la serie con 2,15 millones de euros de facturación.
Los cultivos herbáceos han perdido un 71,7 por ciento de facturación y un 68 por ciento de producción, según Asaja.
Dentro de la ganadería, en porcino blanco ha subido un 3,78 por ciento la facturación, y en el porcino ibérico, un 4,70 por ciento, mientras que en ganado caprino han bajado un 9,5 por ciento las cabezas los dos últimos años y la leche de cabra ha subido en facturación por el precio, no por la cantidad.
El vacuno de carne se sitúa en 5.314 cabezas, con una facturación de 6,20 millones de euros, y la avicultura ha experimentado una subida de precio en carne de ave y un descenso en el de los huevos.