Con ellos los que queramos y contra ellos los que podamos, este es el mensaje de una amenazante pintada que según Antonio Delgado, vicepresidente de la Comunidad de propietarios de La Roca, ha aparecido en uno de sus bloques y que atribuyen a los grupos de aficionados que usan la plaza de la barriada a sus anchas los días de partido del Málaga en La Rosaleda, antes y después de los mismos, cuando es ocupada por centenares de personas (“yo creo que pueden llegar a mil”), que “beben, vociferan, profieren cánticos, hacen sus necesidades en la vía pública, consumen drogas y tiran petardos y bengalas”.
Una situación de una inseguridad insoportable que ha derivado en la recogida de casi 500 firmas en ocho días dirigidas al ayuntamiento, en cuya comisión de seguridad del próximo lunes se verá una moción del grupo socialista para que el alcalde Francisco de la Torre, “deje ya de estudiar cómo garantizar la seguridad en la barriada de La Roca y comience a hacerlo”. Los socialistas lamentan que “ya se ha cruzado una línea roja y es difícil volver atrás. Los vecinos ya tenían miedo desde hace meses. Ahora, estos exaltados han demostrado que no tienen ningún pudor a cometer delitos como el vandalismo contra la propiedad privada, además de que han amenazado a los vecinos con agredirles”.
Y es que según Delgado, esta situación, que se repite desde hace muchos meses “está alcanzando una temperatura que nos preocupa mucho”, que ha traído incluso el miedo a los vecinos, que provocan que esos días y durante horas pierdan el derecho a salir a estar en ese espacio público, y que les lleva a ser comedidos y recomendar a los vecinos que no provoquen un enfrentamiento de consecuencias incalculables.
Como dijo a Viva Málaga Delgado, se trata de ultras, que son “gente acostumbrada a pelearse que quedan incluso con aficiones de otros equipos para darse y luego se van juntos a beber cervezas”. Pero claro, hay que ponerse en la piel de quien tiene un familiar enfermo en su casa y tiene que aguantar esta situación o ha estado trabajando por la noche y no puede ejercer su derecho al descanso esos días.
Por eso, es señero el caso de un vecino en la barriada de Martiricos que incluso en plena noche “le han reventado las ventanas de la terraza y le han amenazado”, como ocurre con la citada pintada que dice aquello de con ellos los que queramos y contra ellos los que podamos, toda “una amenaza a los vecinos y creo que las autoridades deben saber todas esas cosas”.
Sobre la mesa, una preocupación, ante un plaza llena, con gente contra las paredes, que tira petardos o bengalas, que un día pueden provocar un incendio en una vivienda. Y un ejemplo, como en el día del partido de Copa del Rey contra la Real Sociedad, que se disputaba a las nueve de la noche, comprobaron como desde antes de las nueve de la mañana ya había gene ocupando la plaza y tomando alcohol.
Lo que se repite cada vez que juega el Málaga en La Rosaleda, con gente, incluso, asegura Delgado, que está allí con los ultras, pero que ni siquiera va luego al partido.
De momento, además miran con poca esperanza el anuncio hecho este lunes tras una reunión promovida por el Ayuntamiento de Málaga en la que han participado, el concejal delegado de Seguridad, Avelino Barrionuevo, y el edil del Distrito Palma-Palmilla, Francisco Pomares, con el intendente mayor de la Policía Local, José María Martínez y el administrador del Málaga Club de Fútbol, José María Muñoz, donde se apunta la posibilidad de acotar los días de partido lo que se conoce como una Fan Zone vallada, equipada con servicios y videovigilada en un tramo de la avenida de La Palmilla junto al instituto.
Quejas pendientes
La Roca es un barrio levantado en régimen de cooperativa en los años ochenta del siglo pasado, recuerda Delgado, que fue puesto como modélico por la anterior alcaldesa del PP, Celia Villalobos, por el cuidado que al mismo proporcionaban sus vecinos.
Pero esta situación, dice el vicepresidente de la asociación, cambió a partir del año 2001 cuando pasó a manos municipal, lo que les ha dejado como una zona degrada por la suciedad, con pintadas, o por el estado de sus zonas ajardinadas, que dice que parecen ahora bosques, por la presencia además de árboles altos que no han sido podados y que meten casi sus ramas en las casas además de tapar la luz a las viviendas, una situación a la que llevan pidiendo una solución desde hace unos ocho o diez años.
Fuente vídeos. Colectivo vecinal
