Dos goles de Ignacio Camacho permitieron al Málaga obtener la victoria (0-2) en su visita a Balaídos, con ambos tantos en la primera mitad, tras un duelo que estuvo marcado por la incapacidad celeste y por la expulsión de Duda, quién vio la tarjeta roja directa a 25 minutos para el final.
El equipo de Luis Enrique, que venció 0-5 en La Rosaleda, responde mucho mejor lejos de su feudo, lo mismo que le ocurre al Málaga. Este viernes, con dos certeros remates de Camacho, los boquerones hicieron buena la estadística y cogieron una bocanada de aire para alejarse de la parte complicada de la clasificación.
Primero fue Krohn-Dehli quién intentó adelantar a los gallegos con un disparo que se topó con el larguero a los 13 minutos, la misma respuesta que los andaluces, que replicaron con un disparo dos minutos después. Samuel, de lo más destacado en el Málaga, estuvo apunto de inaugurar el electrónico.
Pero ni uno ni otro dieron con la tecla, sobre todo porque Gil Manzano decidió anular un gol legal --por presunto fuera de juego-- al malaguista Amrabat. Dos minutos después llegó el gol de Camacho tras un centro de Duda. El veterano jugador blanquiazul la puso al área y Yoel no acertó a atraparla. El rechace supuso el 0-1.
Y de la misma manera, con la misma conexión, llegó el 0-2 que sentenció a los vigueses. Duda sacó una falta desde el costazo izquierdo y Camacho --en esta ocasión con un cabezazo inapelable-- dio la ventaja a los suyos y enfrió el partido a pocos minutos de llegar al tiempo de descanso.
En la segunda mitad, Rafinha mejoró la versión de los locales, pero no hubo manera de meter mano a los de Schuster. Ni tan siquiera con la expulsión de Duda, que vio la roja directa tras una patada antideportiva al brasileño cedido por el Barcelona, recién entrado al terreno de juego.
Ahí murió el partido pese a que Charles lo intentase de todas las maneras y de que Nolito lanzase una falta que se marchó rozando el travesaño. De esta forma, el Málaga se distancia de la quema y vuelve a sacar la cara lejos de La Rosaleda, mientras que el Celta demostró que este viernes tenía la pólvora mojada.