El Partido Popular y Ciudadanos podrían rubricar la próxima semana el documento que dé luz verde a los presupuestos para Málaga este año. Unas cuentas que crecen un 4,2 por ciento hasta los 728 millones de euros de gastos y que se están haciendo de rogar con el nuevo escenario político, con cinco partidos en la Casona. El acuerdo de apoyo a la propuesta de presupuesto, presentada el pasado lunes, lleva el sello de la formación naranja en más de 15,8 millones de euros y está pendiente únicamente del consenso en su redacción, tras alcanzar un pacto en el fondo.
El socio de gobierno de los populares ha logrado meter en el presupuesto gran parte de las reivindicaciones naranjas que promulgaba en su programa electoral. Entre ellas, destacan el bono de alimentación o el plan de emergencia, en el capítulo social; las subvenciones a la plusvalía en casos de herencia paterno-filial y primera residencia, un fondo de capital riesgo, en materia económica; el Málaga Pass, Málaga Code o la apertura de la pasarela del mirador de la Alcazaba, en Cultura; el uso ciudadano del Monte Gibralfaro o más inversión en Bomberos, en Seguridad, la reforestación de parques periurbanos y más fondos para el Jardín Botánico de la Concepción, en su lado más ‘verde’.
Filosofía
El regidor popular, Francisco de la Torre, deberá comprometerse, a tenor de las peticiones que estipula la formación naranja, a continuar “racionalizando la estructura municipal” y a políticas de moderación fiscal. En la hoja de ruta del líder Juan Cassá, que condicionará el voto favorable a las cuentas que desbloquee, a finales de febrero, la economía municipal, también está el apoyo a las familias más vulnerables y la creación de empleo. Sin olvidar el impulso a la innovación y las políticas verdes, para no olividar a la famosa ardilla.