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Málaga

Ander Duque retrata la crisis económica a través de la mirada de la niña Zoe

El director bilbaíno Ander Duque ha utilizado las herramientas que conocía de su trabajo en el terreno del documental para su primer largometraje de ficción, 'Zoe', en el que muestra la crisis económica a través de los ojos de la niña de 5 años sobre la que gira toda la película.

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Cuando sea mayor quiere ser actriz, tiene en la actualidad siete años y lo que más le gustó del rodaje, el cual calificó con énfasis “guay”, fue el baile del cuadrado. La pequeña Zoe Gavira, que da nombre al filme que esta mañana ha presentado el documentalista Ander Duque en la Sección Oficial del Festival de Málaga Cine Español, enamoró a todos los presentes a la rueda de prensa de este filme que tiene “no muchas pretensiones y sí muchas intenciones”.

La niña, que tenía cinco años cuando se filmó la cinta, es la protagonista absoluta del primer largometraje del cineasta vasco, muy conocido en la producción de documentales a través de su productora Uveme Avce.

La potente mirada y la espontaneidad de esta pequeña ha sido el vehículo a través del que Duque ha ficcionado el desahucio de una madre soltera (la actriz Rosalinda Galán, tía de Zoe) que está sin trabajo aprovechando los códigos narrativos propios del documental. “Se puede hacer cine social sin dramatismos, sin ser radical ni contestatario. Quería una película naturalista, cercana y humana”, ha explicado Ander Duque sobre este filme que fue rodado aprovechando las vacaciones de Navidad de Zoe hace año y medio.

La película se ha rodeado de personajes reales. Fue rodada en el pueblo familiar, el sevillano Los Palacios, y excepto la actriz Rosalinda Galán, todos los personajes están vinculados a Zoe. Su madre, su abuela y bisabuela aparecen en esta cinta, que en palabras de Duque, aprovechó la “química” entre tita y sobrina.

CRÍTICA

Con el corazón sobrecogido nos dejó ayer el estreno para la prensa del primer largometraje del realizador de documentales Ander Duque. Por qué. El cineasta vasco ha retratado desde las emociones algo tan dramático y contundente en la vida de una persona como puede ser un desahucio y estar en el paro. El peso absoluto de esta historia ficcionada pero narrada desde un punto de vista documental recae en Zoe, una niña de cinco años que aporta la luz y el brillo a ese mundo sombrío e inhóspito que sufre junto a Gema, madre soltera que padece con dureza los efectos devastadores de la crisis económica.

El relato de planos pausados, grandes silencios y la vida  proyecta verdad en primeros y segundos planosde cámara que captan instantes de la cotidianeidad.  La pequeña pasea con su madre por un mercadillo, momentos privados durante el baño, en la cena o un momento sublime como la conversación de la cama en la que van construyendo ese futuro ideal que no tienen, fabulan sobre ese hogar imaginado y anhelado.

Esa relación especial entre las dos dentro de un mundo real y con personajes reales tiene fecha en el calendario. Ahí sí que Ander Duque rompe con el mundo de las emociones y las sutilidades e introduce el dramatismo a bocajarro. Error garrafal.

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