Concebida como el “salón” de Málaga frente al puerto, la Alameda Principal surgió a finales del siglo XVIII con la intención de crear un bulevar arbolado para el disfrute de los vecinos. En 1785 ya aparecen en planos referencias a ella, según la “Topografías del Paraíso” de Rafael Reinoso y habría que esperar a 1896 para la construcción del famoso Paseo del Parque. Durante el siglo XIX y principios del XX la burguesía malagueña, con familias como los Loring, Heredia o Larios, se instaló en sus emblemáticos edificios convirtiéndose en el enclave más representativo de la ciudad. No fue hasta principios del siglo XX, con la aparición del vehículo, cuando el tráfico irrumpió en ella. En 1960 tras la desaparición del tranvía el eje Alameda-Paseo del Parque se convirtió en una arteria principal, tal y como se concibe hoy en día. Ahora, las obras del metro abren un abanico de posibilidades: ¿recuperar su identidad o adaptarla al crecimiento de la ciudad?
Para dar respuesta a esta incógnita y construir el futuro de la Alameda entre todos, el Ayuntamiento de la capital echa mano de la opinión de colectivos y vecinos con un proyecto dinamizado por la asociación Arrabal-AID. Hasta el momento, se han mantenido dos reuniones para dar a conocer y recoger las impresiones de los malagueños y se ha creado la página web http://laalamedaunproyectodetodos.es/ para que los vecinos puedan aportar su granito de arena a la historia de esta calle. El objetivo es recoger aportaciones durante todo el verano hasta mediados de septiembre y que la Gerencia Municipal de Urbanismo elabore un proyecto inicial antes de final de año.
Encima de la mesa la posibilidad, con cada vez más voces a favor, de soterrar el tráfico rodado y regresar a la esencia original con un espacio ganado al peatón que, históricamente, siempre fue suyo. Aunque los hay, basta sondear en la calle, que ven difícil desterrar los vehículos e, incluso, quienes optan por un modelo mixto que permita la convivencia, especialmente, permitiendo mantener en algún margen las cabeceras de autobuses, medio que permite reducir los tiempos de llegada al centro histórico hasta en un 45 por ciento en comparación con el vehículo privado. En la encuesta del proyecto, que podemos contestar on line o presentar en persona, nos interrogan acerca del conocimiento de la historia de esta vía, nuestra valoración sobre el tráfico, espacio para el peatón, si utiliza el transporte público o comercios de este espacio o cuáles considera que son los principales problemas en la actualidad.
El 78 por ciento de los edificios de la Alameda tienen valor histórico patrimonial y cuentan con algún tipo de protección. Según datos municipales, el 45 por ciento del área destinada a planta baja, “con posibilidades de ser núcleos comerciales potenciales”, está vacía. Otro de los apuntes significativos, presentes en el proyecto presentado a los vecinos, es la baja popularidad de este enclave, pese a su tránsito. Apenas un 1 por ciento de usuarios en redes sociales “interactúa” aquí, a diferencia de otros lugares emblemáticos.
La iniciativa echa mano de una forma visual a mostrar ejemplos de regeneración urbana como el crecimiento del Puerto de Málaga o el cambio experimentado por la Plaza de la Constitución o calle Larios cuando pasaron a ser peatonales. Y tú, ¿cómo sueñas la futura Alameda?