El Unicaja Baloncesto cerró este miércoles la octava jornada de Eurocopa con una aplastante victoria por 113-76 ante el Mornar Bar de Montenegro en el Martín Carpena. Como un vendaval inició el encuentro el conjunto de casa, liderado por sus jugadores interiores; el parcial en los primeros minutos fue de 19-2.
En escena, sobre todo, el gigante verde, el pívot Giorgi Shermadini, dueño y señor de ambas zonas. Dorde Drenovac fue el único que anotó del conjunto macedonio durante la primera mitad del cuarto. En la faceta ofensiva local también destacó el ala-pívot Kyle Wiltjer, dejando un repertorio de fundamentos en cada acción.
Adam Waczynski, Dragan Milosavljevic y Brian Roberts ayudaron a los malagueños a distanciarse en el luminoso. Seguían los jugadores grandes de Unicaja sacando petróleo del juego interior. Daba igual quien bailara bajo el aro. Mathias Lessort pisó el parqué y anotó.
Unicaja cambiaba los músicos pero la melodía que quería el director de orquesta siguió sonando celestial para la afición que acudió al Martín Carpena. Pases de fantasía de un Lessort con confianza y una canasta desde el 6,75 de otro jugador en estado de gracia, Jaime Fernández.
No bajó la intensidad Unicaja en defensa, tal y como pronosticó Luis Casimiro en la previa, y Sasu Salin desde la línea de tiro libre tampoco falló. Fueron dos triples consecutivos de Bronson Koenig y Landing Sane con algo de fortuna los que cerraron un resultado al final de los primeros diez minutos de 31-15.
El segundo cuarto se inició con intercambio de canastas por parte de ambos conjuntos. Los cajistas sumaron dos triples seguidos de Salin y otro de Fernández. Combinó con criterio Waczynski con Lessort para acabar con un mate del francés. La bomba de Fernández despertó a la afición.
El colchón de puntos era cada vez más grueso, siendo la concentración clave para los jugadores de Casimiro, entre los que entraron en rotación Viny Okouo y Dani Díez, quien se estrenó con un rápido triple. Al descanso, 62-41.
Un triple de Milosavljevic inició la segunda parte cuyos primeros compases presagiaron que iba a ser un calco de la primera mitad. Shermadini con un robo de balón y un maté provocó el tiempo muerto de Mihailo Pavicevic. Pero nada pudo hacer el técnico montenegrino y la fiesta local siguió con un contraataque finalizado en alley oop entre Fernández y el georgiano.
La diferencia superaba ya los 30 puntos. Los últimos diez minutos arrancaron con un aplastante 88 a 54. Ni la concentración defensiva, ni la falta de acierto en la periferia perdieron los locales a pesar de la abrumadora diferencia. Lucharon cada balón y pelearon cada rebote. Acciones que aplaudió un infierno verde que festejó la primera canasta de Pablo Sánchez. Al final, 113-76.
