La Asociación de Comerciantes y Profesionales del CascoAntigude Marbella (ACOPROCAMAR) realiza, como viene siendo habitual, una encuesta entre sus asociados para conocer el volumen de ventas durante el verano de 2017.
Aunque las cifras no son tan relevantes como las de otros años, se mantiene la leve tendencia a la recuperación de la crisis, sobre todo con el tirón de la hostelería y un mayor incremento en el número de visitantes.
Según los datos de la encuesta, el 60% de los negocios de restauración mantienen el mismo volumen de ventas de años anteriores, frente a un 40% que considera que ha mejorado. Llama la atención,no obstante, que ningún participante de la muestra asegure que este haya sido un peor año. La tendencia es, por tanto, favorable a este sector.
Por su parte, los comercios y tiendas de moda arrojan resultados dispares. Un 43% parece satisfecho con la campaña estival, sin embargo, en este sector, si aparece un 42% que considera que ha sido peor. Tan solo un 15% parece mantener los mismos resultados que el año anterior.
Durante el periodo de rebajas, no parece que el cliente haya reaccionado y el 70% considera que el resultado ha sido igual o peor. La tendencia aquí hacia el esperado repunte es muy lenta y no se corresponde con el incremento de visitantes.
Ante la falta de resultados espectaculares, los negocios asumen, más allá de sus problemas particulares, que hay razones que podrían explicar estos resultados. El más señalado es el poco gasto realizado por nuestros visitantes quizás debido al más bajo poder adquisitivo de los turistas que actualmente visitan Marbella con respecto al de otros años y también la ausencia del cliente local. Por otro lado, pero no menos importante, apuntan la falta de aparcamientos y trasporte público, e incluso la escasez de taxis en el periodo estival. Asimismo, consideran que la escasa limpieza de las vías públicas y el exceso de mesas y mobiliario no contribuyen a su atractivo, como tampoco su accesibilidad.
Otro tema que empieza a preocupar es la masificación del turismo “no productivo” debido, sobre todo, a la proliferación de grupos organizados, el visitante de alojamiento turístico, etc. con un gasto por visitante mucho menor que los clientes tradicionales.
En cualquier caso, los comerciantes y profesionales de la asociación consideran que entre los turistas no se aprovecha plenamente el potencial del Casco Antiguo de Marbella, frente a lo cual proponen medidas que potencien su atractivo. Entre ellas, destacan mayor inversión en actos culturales (cine, teatro, arte, etc.) y además eventos de interés en edificios públicos que atraigan hacia el casco antiguo a los residentes.
Por otro lado, ante la imposibilidad delvisitante de acceder con su vehículo, los asociados consideran que es esencial la mejora del transporte público aumentando la frecuencia de paso de los autobuses y la afluencia de taxisen las paradas cercanas.
Por último, apuntan la necesidad de aumentar los puntos de información donde se ofrecen folletos, mapas y guías que sorprendan al turista y lo empujen a visitar el centro histórico.
Además de estos problemas, los restauradores consideran que hay un exceso de oferta que, por otra parte, debería estar mejor regulada a través de un cambio en la normativa de las concesiones. Esto contribuiría a aumentar la calidad de un servicio que constituye, por volumen de facturación, el verdadero motor económico del casco antiguo, evitando la
saturación y al final el deterioro de la actividad. Los establecimientos de comercio y moda han experimentado un cambio entre sus visitantes.
Cauteloso ante el inminente cambio político y social que experimenta el Reino Unido en la actualidad, el turista británico se repliega y deja paso a otras nacionalidades. En efecto, este año sus principales clientes procedan de países nórdicos, mientras que los turistas árabes siguen siendo un baluarte. Lo cual contrasta con las tendencias que se revelan en la restauración, donde el británico sigue siendo con diferencia el principal cliente, seguido de nórdicos, franceses y alemanes.