La agencia sismológica de Filipinas (Phivolcs) advirtió este lunes de que la actividad del volcán Mayón, el más activo del archipiélago y que ha forzado ya la evacuación de unas 20.000 personas en el noreste del país, puede alargarse tres meses más.
"Probablemente pasarán 3 meses antes de que cese la actividad de Mayón", predijo este lunes el director de Phivolcs, Teresito Bacolcol, en una entrevista con la radio local Teleradyo.
Bacolcol explicó que los cálculos se basan en la erupción más reciente, cuando en 2018 el Mayón registró una "erupción suave y efusiva", parecida a la actual, aunque admitió que el volcán es impredecible y alertó de que una explosión violenta no se puede descartar.
La actividad del Mayón, que en las últimas 24 horas no ha registrado ningún terremoto y cuya emisión de dióxido de sulfuro ha descendido levemente según Phivolcs, ha provocado ya alrededor de 20.000 personas evacuadas en un radio de 6 kilómetros del volcán, y 628 residentes han requerido asistencia médica por problemas respiratorios.
Según confirmó hoy el centro nacional de Emergencias, en Albay, la provincia donde se sitúa el volcán, las autoridades locales han habilitado 28 centros de evacuación, si bien un incremento de la actividad del Mayón obligaría a evacuar a miles de personas más.
El volcán, que escupió el pasado jueves una lengua de lava de más de un kilómetro desde el cráter, se encuentra en el nivel 3 de alerta, de un máximo de 5.
Además, Phivolcs volvió a incidir en su informe diario en el riesgo de aludes de tierra o lahares: avalanchas de ceniza, barro y sedimento que escupe el Mayón y se acumulan en las laderas del volcán, situado en la provincia de Albay, al este de la isla de Luzón.
Debido a la belleza de su forma cónica casi perfecta, el volcán Mayón es también uno de los grandes atractivos turísticos de la zona.
Su última erupción se produjo en 2018, cuando más de 75.000 personas tuvieron que ser evacuadas. La erupción mas letal del Mayón se produjo en 1814, cuando unas 1.200 personas perecieron enterrados por ríos de lava y caída de rocas volcánicas, según estimaciones publicadas por Phivolcs.
