Si antes de ayer el presidente del Congreso, José Bono, tuvo que desalojar de la tribuna de invitados al actor Willy Toledo y otros activistas pro saharauis por gritar consignas en favor del Sáhara, el propio Bono disfrutaba ayer de la compañía de otros colegas de profesión sentados cerca de él en los puestos reservados a la Mesa.
De hecho, se ha podido ver a Tejero en la tribuna del Congreso, pero no al golpista del 23-F, sino a Fernando, el actor, que nada más saludar a los chavales ha desatado las primeras risas, para atacar enseguida el artículo 127 de la Constitución, relativo a las incompatibilidades de jueces y magistrados.
La vicepresidenta primera, Teresa Cunillera, le ha cedido después su asiento, a la mismísima derecha de Bono, así que el presidente ha pasado buena parte de la mañana con “Tejero el Bueno” a su diestra y Miguel Bosé a su siniestra.
Y otro cómico bien conocido, Florentino Fernández, Flo, se ha sentado nada menos que en el escaño del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado de otros amigos de la farándula en los sillones del banco azul, el del Gobierno.
Así, la presentadora Paula Vázquez ejercía de ministra de Cultura, y los actores Luis Fernández, o Ginés García, de compañeros de Gabinete, observados por los únicos tres portavoces políticos presentes en la sala: José Antonio Alonso (PSOE), Soraya Sáenz de Santamaría (PP) y Gaspar Llamazares (IU), quienes también han leído.
Les cuesta a los cómicos dejar de ejercer como tales, y por ello Flo ha sacado risas sólo con decir “gracias, señoría” como colofón a su lectura de lo previsto en la Constitución para el Tribunal Supremo.
Carcajadas y algo de animación, porque si el año pasado dos chavales introdujeron proclamas políticas aprovechando su minuto de gloria en la tribuna, hoy ha habido más tranquilidad, y el presidente Bono sólo ha tenido que intervenir para rogar que dejaran los autógrafos para más tarde.
Porque con Miguel Bosé al lado, Imanol Arias, Alvaro Arbeloa, Florentino Pérez, Enrique Cerezo o Iker Casillas, los estudiantes no podían resistirse y aprovechaban la espera de su turno en la fila antes de la lectura para pedirles un recuerdo en forma de rúbrica. Eso sí, para actuación estelar, la de José Bono, que con un extraordinario dominio del tiempo escénico y ayudado por algún que otro truco (como avisar a Miguel Bosé para que aplaudiera en un momento dado) ha provocado las dos únicas ovaciones escuchadas hoy en el hemiciclo. Con un “Don Vicente del Bosque”, ha presentado Bono al entrenador salmantino con voz solemne. Miguel Bosé ha comenzado a aplaudir y con él toda la Cámara, muy enérgicamente, acogida con su tímida sonrisa por el "míster" de la selección española de fútbol, a quien le ha tocado informar del artículo 168, referido a la revisión de la Constitución.
Bono tenía reservado otro gran momento para la "traca final", la lectura de la última disposición de la Carta Magna por parte de Iker Casillas.
