Una comisión de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) volverá este 7 y 8 de abril a Venezuela con el objetivo de evaluar cómo se ha avanzado en los diálogos del Gobierno venezolano con los sectores de la Conferencia Nacional por la Paz.
Sin embargo, según ha explicado la cadena venezolana TeleSur, todavía no se conoce quiénes serán los cancilleres que acudan a Venezuela a principios de la próxima semana.
El bloque regional acordó en su pasada visita a territorio venezolano, los pasados 26 y 27 de marzo, que un grupo de países formen parte de una comisión que continúe acompañando el diálogo social en el país, con la intención de acabar con la violencia que ha marcados los últimos dos meses de protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
Durante su estancia en el país, los cancilleres de UNASUR mantuvieron encuentros con Maduro, el Gran Polo Patriótico, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ministerio Publico, Tribunal Supremo, Defensoría del Pueblo, Nuncio Apostólico y representantes de distintos credos religiosos, organizaciones de Derechos Humanos y líderes estudiantiles, según ha añadido el citado medio.
Al término, el organismo emitió un comunicado en el que destacaba que el Gobierno venezolano habría aceptado la propuesta de la coalición opositora de designar a "un tercero de buena fe" para facilitar un diálogo encaminado a poner fin a la crisis política que vive el país.
"La comisión (de ministros de Exteriores de UNASUR) reconoce la apertura y disposición del presidente de Venezuela (Nicolás Maduro) de acoger las recomendaciones realizadas, y especialmente celebra la voluntad de acordar un testigo de buena fe que facilite el diálogo entre todas las partes", sentenció la organización regional.
Sin embargo, diputados opositores integrantes de la MUD y el Foro Penal Venezolano rechazaron a este organismo como mediador durante un hipotético diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro para abordar la situación de crisis que vive el país.
Los miembros de la MUD que se reunieron con cancilleres de UNASUR, durante su visita de 48 horas al país, consideran que el organismo internacional no es el apropiado para mediar en la crisis, al entender que "los nexos económicos de esos países con el gobierno de Venezuela dificultarían el diálogo sincero".
