La Policía ha empleado cañones de agua y gases lacrimógenos contra los manifestantes concentrados en los barrios de Besiktas y de Sisli, en Estambul, para conmemorar el Día Internacional del Trabajo, el Primero de Mayo, según informa el diario turco 'Hurriyet' en su edición digital.
Las autoridades han cerrado el acceso a los lugares más emblemáticos de protesta de la ciudad turca para impedir el paso de los manifestantes, especialmente a la plaza Taksim, escenario de una acampada en 2013 contra la demolición del parque Gezi. Los sindicatos han manifestado su intención de marchar a Taksim, pese a que el Gobierno turco ha advertido que no lo permitirá.
La plaza está cercada con barreras metálicas y solo se permite el paso de residentes y personas que trabajen en la zona. Taksim está ubicada en lo alto de una colina custodiada por camiones con cañones de agua y vehículos blindados. La Policía ya ha cargado contra las columnas de manifestantes que pretendían alcanzar Taksim desde Besiktas y desde Sisli.
Unos 40.000 policías participan en el dispositivo de seguridad de Estambul para este Primero de Mayo, con agentes trasladados especialmente desde siete provincias.
Además de los cañones de agua y medios antidisturbios convencionales, los policías están equipados con pistolas de pintura para identificar a los provocadores y portarán cámaras en los cascos para poder transmitir de manera instantánea cualquier información sobre lo que acontezca.